Cada miércoles, la represión de la policía de Patricia Bullrich apunta un sector diferente además de los jubilados. Así como hace siete días las víctimas principales fueron el Padre Paco y los curas, ayer fueron otra vez los reporteros gráficos, con el grave antecedente de Pablo Grillo aún fresco.
Uno de ellos fue Tomás Cuesta, que contó el calvario que vivió. Además, fueron detenidos Leandro Cruzado, Pablo Luna y Javier Iglesias. También sufrieron la violencia los fotógrafos de La Nación Marcos Brindicci, Pablo Corso y Diego Pérez Mendoza; y Cristina Sille, de clarín.
Además, Lula González de El Destape. Al hablar de todo cuánto sufrió la mujer en el Congreso, Roberto Navarro se puso a llorar. Y se quejó por tener que ponerles "trajes de guerra" a los trabajadores, porque saben que "van a ir y los van a lastimar".
“Son señales intimidatorias que no son de un gobierno democrático”, agregó. Y aseguró que le “da asco ver a los periodista y operadores diciendo ‘algo habrán hecho’”. En referencia a la justificación que se hizo de la detención de periodistas propios en La Nación+.