El Supremo de Estados Unidos, de mayoría conservadora, ha fallado este jueves en contra de permitir que un colegio religioso autónomo se financie con fondos públicos, en un caso que puso a prueba la separación entre la Iglesia y el Estado.Casi todos los estados del país permiten los colegios autónomos o concertados , centros privados que reciben financiación pública pero funcionan con independencia de los distritos escolares locales y no pueden cobrar matrícula ni tener una afiliación religiosa . En Estados Unidos hay unos 8.000.La Iglesia católica de Oklahoma aspira a abrir el primer colegio religioso subvencionado con fondos públicos del país, San Isidoro de Sevilla. Pero la Corte Suprema, muy dividida, con cuatro votos a favor, cuatro en contra y la recusación de una jueza, ha confirmado la prohibición impuesta por un tribunal inferior de Oklahoma.Noticia Relacionada estandar No El estado de Oklahoma (EE.UU.) ordena incorporar la Biblia a las clases de colegios públicos ABC El año pasado, de hecho, la Corte Suprema de Oklahoma dictaminó que el sistema de financiación pública propuesto por el colegio católico es inconstitucional . La separación entre iglesia y Estado es un principio básico en Estados Unidos, consagrado en la Primera Enmienda de la Constitución.Durante los alegatos, en abril, los jueces conservadores del Supremo parecían abiertos a permitir la financiación pública del centro , una posición respaldada por la administración del presidente republicano Donald Trump.Los conservadores tienen una mayoría de 6-3 en el máximo tribunal de la nación, pero la jueza Amy Coney Barrett, designada por Trump, se ha recusado del caso, posiblemente debido a conexiones previas con las partes en el caso.En los últimos años los conservadores de la Corte Suprema han demostrado su apoyo a ampliar el papel de la religión en el espacio público .El tribunal ha emitido una serie de sentencias que difuminan los límites entre la Iglesia y Estado, autorizando, por ejemplo, a un entrenador de fútbol de un instituto a rezar en el terreno de juego después de cada partido para «dar gracias a Dios».También ha permitido a padres utilizar vales del Gobierno para pagar la educación de sus hijos en escuelas religiosas privadas.