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Interior Corrientes

Niños cruzan ríos descalzos para ir a la escuela en zona rural de Esquina

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Crédito: 65604

La creciente en el Sur de la provincia - aunque el Paraná no haya superado todavía el nivel de alerta en el puerto de Esquina - se siente con fuerza en el ámbito rural. Docentes de la Extensión Áulica Guayquiraró proponen una colecta solidaria para ayudar a los jóvenes a concurrir con calzados apropiados.

 

“No fal­tan nun­ca, son chi­cos bue­nos, quie­ren apren­der. Por eso que­re­mos ayu­dar­los. Se vie­ne el in­vier­no y los es­tu­dian­tes de nues­tra es­cue­la son alum­nos de fa­mi­lias muy hu­mil­des. Pro­po­ne­mos una co­lec­ta de abri­gos y cal­za­dos, en es­pe­cial bo­tas de go­ma”, re­su­mió en diá­lo­go con épo­ca Ire­ne Fa­bio.

 

La do­cen­te, que has­ta ha­ce po­co tiem­po dic­ta­ba las ma­te­rias de His­to­ria y Ge­o­gra­fía en la es­cue­la, aho­ra es la do­cen­te tu­to­ra y ejer­ce las ve­ces de di­rec­to­ra del es­ta­ble­ci­mien­to ubi­ca­do en la sex­ta sec­ción ru­ral de Es­qui­na.


El im­pac­to del fe­nó­me­no cli­má­ti­co de “El Ni­ño”, que azo­tó a to­do el de­par­ta­men­to du­ran­te un mes (en­tre mar­zo y abril) el año pa­sa­do, to­da­vía se sien­te con fuer­za en esa par­te del in­te­rior pro­fun­do.


Aun­que por un tiem­po el ni­vel de los cau­ces de agua que los cir­cun­dan ha­bía des­cen­di­do, aho­ra -­ con las pre­ci­pi­ta­cio­nes in­ten­sas de los úl­ti­mos me­ses -­vol­vie­ron a car­gar­se de agua. Y mien­tras que las obras fi­nan­cia­das por la na­ción lue­go de in­ten­sas ges­tio­nes del Mu­ni­ci­pio es­qui­nen­se y del Go­bier­no Pro­vin­cial pa­ra ca­na­li­zar los arro­yos obs­trui­dos es­tá en mar­cha, son va­rios los lu­ga­res don­de el agua no en­tien­de de ca­mi­nos y obs­tru­ye el pa­so de los ve­ci­nos de la zo­na.


En­tre esos po­bla­do­res es­tán los es­tu­dian­tes, quie­nes -­ por no per­der cla­ses y tam­bién por no que­dar­se sin la le­che que ofre­ce el es­ta­ble­ci­mien­to -­ uti­li­zan ca­no­as pa­ra atra­ve­sar el tra­mo del ca­mi­no que se vol­vió a cor­tar por el agua. En otros ca­sos, los jó­ve­nes se qui­tan sus cal­za­dos y atra­vie­san ca­mi­nan­do y va­de­an­do el sur­co del arro­yo.


“Se po­dría des­viar, pe­ro el ca­mi­no se ha­ría mu­cho más lar­go. Ha­bía una par­te que te­nía un puen­te y se lo lle­vó el agua. Co­men­za­mos a ver que los es­tu­dian­tes se en­gri­pa­ban y em­pe­za­mos a ave­ri­guar. Nos di­mos cuen­ta que al­go pa­sa­ba”, re­la­tó la di­rec­to­ra.


Así, el cuer­po do­cen­te de la es­cue­la to­mó co­no­ci­mien­to de la si­tua­ción y pu­die­ron ver las fo­tos que se to­ma­ban los alum­nos en la ha­za­ña co­ti­dia­na de ir a cla­ses a pe­sar de las di­fi­cul­ta­des.


“Es do­lo­ro­so pa­ra no­so­tros, por­que ve­mos que los chi­cos cum­plen to­dos los dí­as. No nos que­rí­an con­tar có­mo ha­cí­an pa­ra se­guir vi­nien­do, has­ta que nos mos­tra­ron las fo­tos”, re­la­tó Fa­bio. Y a pe­sar de la con­si­de­ra­ción de la ins­ti­tu­ción pa­ra no com­pu­tar las fal­tas cuan­do el cli­ma es muy ad­ver­so y la in­tran­si­ta­bi­li­dad de los ca­mi­nos im­pi­de a los alum­nos con­cu­rrir, son los chi­cos los que no quie­ren fal­tar.


Se tra­ta de 115 alum­nos ma­tri­cu­la­dos en el es­ta­ble­ci­mien­to, de los cua­les al me­nos 30 de ellos son quie­nes vi­ven en zo­nas más ale­ja­das y ne­ce­si­tan atra­ve­sar el Guay­qui­ra­ró des­bor­da­do ca­da dí­a.


Des­de que ini­cia­ron la cam­pa­ña en Es­qui­na, con­si­guie­ron re­co­lec­tar do­na­cio­nes so­li­da­rias de seis pa­res de bo­tas de go­ma, pe­ro ne­ce­si­tan to­da­vía al me­nos 24 pa­res más. Los ta­lles más re­que­ri­dos son 39, 40 y 41, ya que se tra­ta de jó­ve­nes que asis­ten al se­cun­da­rio.


“Se unen va­rios fac­to­res que acen­tú­an la vul­ne­ra­bi­li­dad de es­tas fa­mi­lias. Y son los jó­ve­nes con quie­nes tra­ba­ja­mos a quie­nes que­re­mos im­pul­sar que con­ti­nú­en con su mo­ti­va­ción pa­ra es­tu­diar. Hay otro gru­po que atra­vie­sa otra zo­na tam­bién com­pli­ca­da, por­que hay un puen­te que es­tá en ries­go. Ya ha­bla­mos con los pa­dres, que ten­gan cui­da­do por que po­dría ser pe­li­gro­so pa­ra los chi­cos”, ex­pli­có la do­cen­te.

 


Así, son más de 100 jó­ve­nes los que de­se­an ayu­dar los ma­es­tros a tra­vés de la co­lec­ta so­li­da­ria de bo­tas y abri­gos.


“La inun­da­ción del año pa­sa­do afec­tó mu­cho a las fa­mi­lias. Hu­bo zo­nas don­de el agua su­bió has­ta un me­tro y me­dio y mu­chas fa­mi­lias se que­da­ron sin ca­sas. Des­de en­ton­ces tra­ba­ja­mos con la es­cue­la pa­ra re­cau­dar co­sas a be­ne­fi­cio de los chi­cos”, de­ta­lló Fa­bio.


Ade­más de la mer­ca­de­rí­a, re­me­dios y ro­pa que lo­gra­ron reu­nir y dis­tri­buir en es­tos úl­ti­mos me­ses, la di­rec­to­ra ase­gu­ró que to­da­vía si­gue pre­sen­te la ne­ce­si­dad.


“Son per­so­nas de cam­po, con los va­lo­res de an­tes. Uno en­tra en el sa­lón y se pa­ran to­dos a sa­lu­dar al do­cen­te. Quie­ren es­tu­diar, apren­der, sa­ber más”, ase­gu­ró al fi­nal. Diario Época

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