
El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecín, tuvo a su cargo la invocación religiosa y bendición de los pescadores que participan de la 43º Fiesta Nacional del Surubí que se realiza en Goya.
Monseñor Adolfo Canecin, puso la 43 edición de la Fiesta Nacional del Surubí, “en las manos de Nuestra Tierna Madre de Itati, patrona de la provincia de Corrientes y de todo el NEA. Ella, la Madre de Jesús, el pescador que supo llamar a sus primeros discípulos a la orilla del lago, porque eran pescadores” destaco.
El pastor diocesano, hizo referencias al conocido chamame cuyo autor es el padre Julian Zini, sacerdote de esta diócesis, diciendo: “Que lindo la gente que tiene memoria, seguro que tiene esperanzas también” por eso añadió “que lindo es tener una memoria agradecida”.
Rememoró el primer concurso de pesca realizado en 1969, en “época de don Antonio Villareal (intendente municipal), considerado el padre de la fiesta y a don Horacio Ramón López Boeri, tricampeón y ferviente defensor de la fauna ictica, que solía decir después de sacar el segundo ejemplar ´ya está, hay que dejar para las nuevas generaciones´ y a las decisión no fácil tomada en 2003 donde se invitó a devolver al rio la pieza obtenida en el concurso, siendo uno de los grandes animadores de esta idea, el locutor Ruben Alvaro Galarza Ortiz, quien desde LT6 insistía en la conservación y respeto a la naturaleza mirando el futuro”.
Continuo el obispo haciendo propia la frase del chámame “seguro que tiene esperanza también” y, en ese sentido adhiriendo a lo expresado por el profesor José Erasmo Gauto (historiador, escritor y periodista goyano) en su articulo “De la Fontana di treve a la Fontana di Goya” pidió prestado sus palabras que expresa “que lindo seria saber que parte de lo recaudado en cada Fiesta del Surubí, se destinase por tradición cada año a los mas vulnerables… nos ayudaría a todos a encontrarnos en una utilidad benéfica y comprobable” dijo.
“Otro signo de esperanza” añadió monseñor Adolfo Canecin es “con el ingenio, la creatividad, la audacia y generosidad que caracteriza a los pescadores, reconociéndonos una sola familia humana” relato.
Abogó a que “con pasión, cuidemos y administremos la creación, evaluando permanentemente el impacto ambiental producido por nuestro mundial de pesca” en orden a la ecología integral.