
Al ser sorprendido en pleno intento de robo de una motocicleta, un delincuente fue perseguido y linchado a manos de un grupo de “vecinos justicieros”. Ocurrió a la madrugada en el barrio General Güemes de la ciudad de Corrientes.
Como consecuencia de una paliza, el malhechor de gruesos antecedentes penales sufrió la desfiguración parcial del rostro. Lo atacaron a patadas y golpes de puño antes de entregarlo a la Policía, según información conocida por época.
El acusado de pretender sustraer una motocicleta del interior de una vivienda fue identificado como Sergio David Zalazar, alias “Davicho”, de 26 años, domiciliado en el barrio Quinta Ferré.
Cuando la Policía lo detuvo, el joven malviviente aportó un nombre y dirección falsos. Dijo ser de apellido Galarza y que vivía en el barrio San Antonio Oeste.
En principio, las autoridades no lo reconocieron por presentar serias lesiones en la cara producto de la paliza. Sin embargo, a las pocas horas establecieron su verdadero nombre, ya que figura en numerosas causas de robo por las cuales ya estuvo preso en diferentes comisarías e incluso en la Unidad Penal 6 de San Cayetano.
Un cómplice de “Davicho” escapó en una motocicleta. De esa forma evitó su linchamiento, ya que estuvo a punto de caer en medio de una decena de vecinos enfurecidos.
Todo comenzó alrededor de la 1:15. El propietario de una vivienda situada en una peatonal, cercana a una delegación municipal entre calles Lamadrid y Las Heras, escuchó ruidos extraños provenientes del patio, se asomó y descubrió a un intruso llevándose una motocicleta Yamaha XTZ 125.
El hombre salió y puso en fuga tanto a “Davicho” como a su compañero de andanzas, quien logró ascender y alejarse en una moto, posiblemente una Honda Titán 150 roja, con la cual habían llegado y dejaron estacionada a unos 30 metros.
Los gritos alarmaron a otras personas que estaban en viviendas cercanas y, al tanto de que ocurría un delito, salieron presurosos a interceptar a los malvivientes.
Zalazar no pudo ir muy lejos. Lo alcanzaron y revolcaron sobre la vereda. A pesar de que se resistió, quedó reducido mientras sufría una andanada de patadas y trompadas.
Efectivos de la comisaría Octava acudieron de inmediato apenas hubo llamadas sobre lo sucedido al sistema de emergencias 911.
El delincuente necesitó de curaciones, principalmente en el rostro ya que resultó con hematomas, raspones y un profuso sangrado de nariz.
Imputado en una causa de “robo en grado de tentativa”, Zalazar permanecía detenido a disposición de la Justicia que habría decidido enviarlo nuevamente a la Unidad Penal 6.