
La decisión del gobierno israelí de mantener y reforzar las restricciones de acceso a la Explanada de las Mezquitas, a pesar incluso de las recomendaciones de sus propias fuerzas de seguridad, derivó hoy en una marcha masiva hacia Al Aqsa, y en la muerte de tres palestinos y casi 400 heridos en Jerusalén y Cisjordania.
La zona amaneció con un amplísimo dispositivo de la Policía, que expulsó a la prensa de puntos cercanos al complejo, como la Puerta de los Leones.
Los disturbios se repitieron en distintos barrios del este de Jerusalén (territorio ocupado) y en varios puntos de Cisjordania, incluidas las localidades de Qalandia, Hebrón, Belén y Tulkarem.