
Referentes del equipo que trabaja en el rescate de las ruinas de San Alonso participaron de las Jornadas sobre Patrimonio Jesuítico-Guaraní tituladas “Ámbito productivo de las Misiones: territorio, estancias y equipamientos”, que contó con la presencia de la Directora Nacional de Sitios y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura de la Nación, Claudia Cabouli; el Coordinador del Programa Itinerario Cultural de las Misiones Jesuíticas, Arquitecto, Ramón Gutiérrez, y el coordinador de las jornadas el dr. Alfredo Poenitz.
La jornada tuvo lugar en la Extensión Áulica de la UNNE. Uno de los objetivos, es la puesta en valor de los vestigios de toda la zona.
Por los trabajos en San Alonso, expuso la arqueóloga Lorena Salvatelli quien se ocupó del rescate de piezas en el oratorio de San Alonso y además coordinó capacitaciones a los guías; jóvenes que viven en el lugar. Hizo un repaso de lo logrado hasta ahora y brindó detalles de lo hallado en las excavaciones, características de los pisos, imaginería y los trabajos previstos para el futuro.
Por su parte, la Intendente Beatriz Pintos señaló que desde el Municipio se busca la revalorización constante de este patrimonio, “Comenzamos por mostrarle a los jóvenes de Virasoro los vestigios jesuíticos, con visitas al lugar y proporcionándoles información con el fin de lograr la apropiación. Falta mucho por hacer y en eso estamos, trabajando junto a otros municipios, con historiadores y participando de todos los encuentros de Pueblos jesuíticos”, expresó.
Mesa de trabajo
Junto a los visitantes Cabouli y Gutiérrez, el intendente Víctor Giraud integró la mesa junto a la directora de Proyectos de la Fundación Bunge y Born lic. Asunción Zumarraga; el prefeito electo de San Borja Eduardo Bonoto; el presidente de la Cámara de Vereadores de San Borja Eldomir Marchesan; el secretario de Gobierno de Santo Tomé y coordinador local Mariano Garay; el secretario de Relaciones Internacionales de Santo Tomé Eduardo Buero.
Se leyeron las declaraciones de interés municipal y provincial, como también las declaraciones de huéspedes de honor a los visitantes.
Las jornadas continúan hoy en La Cruz y el sábado en Paisandú (UR).
Características del lugar
Entre los pueblos originarios, de la provincia como La Cruz, Yapeyú, Santo Tomé y San Carlos se suma San Alonso, integrando el Corredor Jesuítico guaraní en conjunto con la Ruta de la Yerba Mate y la Tierra Colorada.
La construcción en piedra itacurú con techos de teja, estaba formada por un oratorio, sacristía, cocina y varios cuartos, todo rodeado por galerías de columnas de piedra. Frente al edificio se ubicaban una plazuela, plantaciones de yataíes, frutales, yerbales y corrales. Construida íntegramente en piedra tacurú quedan algunas paredes en pie, pudiéndose apreciar los vestigios jesuíticos, deteriorados por diferentes factores.
Historia
La capilla se encuentra ubicada en el Paraje San Alonso, sobre Ruta Nacional 14 a unos 14 km de la ciudad de Gobernador Virasoro, en predio de la empresa Bosques del Plata. San Alonso, junto con Roque González de Santa Cruz y Juan del Castillo, fueron los tres mártires declarados. En cercanías de San Luis Gonzaga en Brasil por el año 1.628, fallecieron.
Constituyó un sitio estratégico para la defensa del territorio y el movimiento de ganado y productos agrícolas, especialmente caá o yerba mate, intercambiados entre el sur y el norte de las misiones. Fue destruida en 1.818 durante la invasión portuguesa, a cargo del comandante Chagas Santos.
Los jesuitas dispusieron la construcción de la capilla de San Alonso hacia 1.714, como parte de la “reducción Jesuítica Guaraní de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, actual ciudad de Apóstoles, Misiones, quedando hoy la capilla en jurisdicción de Gobernador Virasoro. Sirvió como puesto de estancia, oratorio, cárcel provisoria y posta, uniendo los caminos hacia las misiones de San Carlos y Santo Tomé.
A lo largo de los caminos, los pueblos jesuíticos guaraníes poseían estancias y campos de cultivo identificados con nombres de santos u otros títulos religiosos. Estos lugares, con sus respectivas capillas fueron parte del Tupambaé, que significa “Lo perteneciente a Dios”, es decir, lo que pertenecía a la comunidad. Su producción, ya sea agrícola, ganadera o artesanal, era compartida solidariamente con todo el pueblo.