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Policiales Investigan el caso

Corrientes: Denuncian a un policía por violencia de género

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Crédito: 98691

Ma­ría Ce­ci­lia con­tó a dia­rio épo­ca que el pa­sa­do vier­nes su pa­re­ja, quien es ca­bo de la Po­li­cí­a, la agre­dió por­que le mo­les­tó que lo des­per­ta­ra. Gra­cias a la lle­ga­da im­pre­vis­ta de su pa­dre, el su­pues­to agre­sor fue echa­do de la vi­vien­da que com­par­tí­an ha­ce tres años.


“E­se día (vier­nes) dis­cu­ti­mos cuan­do ama­ne­ció y ahí em­pe­zó to­do”, di­jo en su re­la­to.


Re­la­tó a es­te me­dio que su pa­re­ja ha­bía co­men­za­do a be­ber al­co­hol y cuan­do lo re­cri­mi­na­ba por esa ac­ción, re­ci­bía ame­na­zas ta­les co­mo “sé dón­de pe­gar pa­ra que no que­den mar­cas”.


Su pa­re­ja, de nom­bre Ma­ria­no R., es ca­bo de la Po­li­cía de la Pro­vin­cia, y co­mo tal te­nía en su po­der un ar­ma de fue­go, por lo que lle­gó a pen­sar que la po­día ma­tar. “E­sa ma­ña­na me aga­rró del ca­be­llo y co­men­zó a gol­pe­ar­me a pa­ta­das. Me gri­tó que no soy ni si­quie­ra un pe­da­zo de per­so­na, me ta­pó la bo­ca y me di­jo: ‘Gri­tá, a ver si al­guien te es­cu­cha’”.


“In­ten­té que­dar­me en el ba­ño pe­ro no me de­ja­ba avan­zar por nin­gu­na par­te de la ca­sa, mien­tras me gol­pe­a­ba por la pa­red me de­cía pa­la­bras de­ni­gran­tes”.

 

 


Ce­ci­lia con­tó que tra­tó de no ha­blar y que­dar­se quie­ta a fin de que los gol­pes ce­sen y fue cuan­do vol­vie­ron a la ha­bi­ta­ción y él (el su­pues­to agre­sor) se re­cos­tó nue­va­men­te.


En un mo­men­to da­do “es­cu­ché el rui­do de la mo­to­ci­cle­ta de mi pa­pá y me di­jo: ‘¿A quién lla­mas­te?’, cuan­do él me ha­bía es­con­di­do el te­lé­fo­no, por lo cual no po­día ha­ber he­cho lla­ma­da. Ahí me pi­dió dis­cul­pas: ‘Per­do­na­me gor­da, es­to fue sin que­rer. Pe­ro cuan­do en­tró mi pa­pá, le di­je, “lle­va­me a la co­mi­sa­ría por­que Ma­ria­no me pe­gó”.


En ese ins­tan­te, el pa­dre de la mu­cha­cha no du­dó de la ver­sión de su hi­ja y echó de la ca­sa a, por en­ton­ces, su yer­no.


Fue cuan­do Ce­ci­lia en com­pa­ñía de su pa­dre re­a­li­zó la de­nun­cia an­te au­to­ri­da­des de la Co­mi­sa­ría de la Mu­jer y el Me­nor ubi­ca­da en el ba­rrio 17 de Agos­to.


“Hay una de­nun­cia por su­pues­tas le­sio­nes le­ves agra­va­da por el vín­cu­lo. El hom­bre no es­tá de­te­ni­do. Ella so­li­ci­tó la res­tric­ción ha­cia su per­so­na”, di­jo a es­te me­dio una voz ofi­cial. La mu­jer de 30 años, quien ejer­ce co­mo pro­fe­so­ra, de­bió ale­jar­se de su do­mi­ci­lio por mie­do a que el hom­bre re­gre­se tras dar a co­no­cer la vio­len­cia que su­frió. Ca­be se­ña­lar que Ce­ci­lia con­tó el he­cho en re­des so­cia­les. “Ca­da una de las mu­je­res de­nun­cien y no ten­gan mie­do, por­que si pa­só una vez, va a pa­sar siem­pre”, es­cri­bió.

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