Por Daniel Caran
Empezaron a sonar alarmas sobre la situación social en nuestra región. En la vecina provincia de Misiones una protesta policial iniciada el pasado viernes por la madrugada, puso sobre la superficie pública la demanda que diversos sectores realizan desde hace tiempo a la clase política y dirigente.
En Corrientes este tipo de reclamos, puntualmente el policial, está desde hace tiempo, pero por ahora no gravita. Al igual que el docente pero no es la cuestión de fondo a analizar.
Lo que debemos mirar es lo que marcamos en este espacio con habitualidad, las diferentes apreciaciones sobre la realidad que tienen quienes deben tomar decisiones y la comunidad en general en sus malabares para poder sobrevivir en la coyuntura.
Las políticas económicas aplicadas por el gobierno nacional que impactan de manera muy fuerte en provincias con economías dependientes directamente del empleo público, claman desde aumentos salariales para atender esas emergencias, a mejoras estructurales en el ámbito laboral dentro de los Estados provinciales.
Por eso es importante prestar atención a cómo se irá modificando el humor social a partir del quinto mes del corriente año donde la recesión y depresión económica cada vez se siente más.
En la provincia de Corrientes se conoció en esta semana que concluimos que los docentes provinciales ni siquiera alcanzan la línea de pobreza con sus salarios. Hablamos de profesionales que trabajan formalmente. Qué destino tendrán quienes no están dentro del mercado formal, quienes se cayeron del sistema y ven desde abajo lo difícil que es volver a donde estaban.
Hablamos en toda esta línea de pensamiento de cómo miles de comprovincianos pueden cubrir sus necesidades básicas: comer, vestirse, enviar a sus hijos a la escuela, acceder a coberturas de salud y adquirir remedios en caso de enfermarse.
Estas cuestiones básicas hace tiempo pasaron a ser lujos. Pero desde la llegada del nuevo gobierno nacional la cuestión se oscureció mucho más. Caída estrepitosa en el consumo, destrucción de miles de puestos laborales y hasta las grandes corporaciones cerrando sus plantas de producción debido a la casi pulverización del consumo.
Entonces. Es importante tomar en cuenta estos llamados de atención por parte de la comunidad y la clase trabajadora que lucha para no caerse de un sistema que cada vez cruje más fuerte.
