Se siguen sumando fallecidos en todo el país por el fentanilo contaminado producido por los laboratorios HLB Pharma y Ramallo S., que salió a la venta sin ningún tipo de control por parte del ente regulador del Estado que debería haber hecho ese trabajo.
A pesar que desde el Gobierno quisieron maquillar la situación echando culpas sobre los laboratorios y despidiendo a la directora de Vigilancia Post Comercialización y Acciones Reguladoras del Instituto Nacional de Productos Médicos, está claro que era responsabilidad de la Anmat el controlar que los productos comercializados se encuentren en condiciones.
Por eso toma relevancia el dato que lanzó Andrés Lerner en su programa de streaming, donde reveló la cantidad insólita de inspectores que quedaron en el organismo para controlar decenas de productos de unos 300 laboratorios.
A raíz de las políticas de ajuste y vaciamiento que el gobierno de Javier Milei realizó desde su llegada en todos los organismos estatales, muchos inspectores fueron desplazados o se vieron obligados a renunciar.
A raíz de este ajuste la Anmat, al igual que muchas otras entidades estatales y organismos, quedo prácticamente desguarnecida para hacer un trabajo eficiente y cuidar básicamente a los argentinos.
Tal es así, que según comentó el periodista la Anmat tuvo que mandar a hacer las pruebas al instituto Malbrán, ya que luego del ajuste no cuentan con la capacidad operativa para hacerlo ellos mismos.