El caso de corrupción descubierto por los audios de Diego Spagnuolo que involucran a Karina Milei y Lule Menem es tan evidente que Majul, que se había negado a poner los audios al aire, ahora tuvo que hacerlo.
Pero Luis Majul y Esteban Trebucq hicieron todo lo que pudieron para tratar de relativizar los audios que se vieron obligados a poner al aire y empezaron a decir cosas como que podrían estar editados o que se trataba de un audio privado.
Rendido ante la evidencia, Luis Majul sacó su última carta y sugirió que estos audios podrían formar parte de una campaña sucia, cosa que claramente él conoce a la perfección y no por haber descubierto alguno sino por haber sido parte.