Si algo le faltaba a Ángel di María para ser el máximo ídolo de Rosario Central tras su regreso era ganar el clásico rosarino y con un golazo propio.
Y Fideo cumplió. Desde que entró al estadio la hinchada le declaró su amor incondicional mientras ingresaba al campo de juego acompañado de sus hijas, aún antes de saber que se convertiría en el héroe de la jornada.
Pero como ya lo demostró en varias ocasiones con la selección nacional, Di María es el hombre de los goles importantes y por eso en el minuto 38 del segundo tiempo convirtió un exquisito gol de tiro libre que lo llevó a festejar de manera descontrolada.
Sobre el final del partido el técnico, Ariel Holan, tuvo el buen tino de sacarlo para que el estadio en pleno lo ovacione y esta se transforme en una jornada mas de las que el Fideo nunca olvidará.