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Embarazo: qué es y por qué puede aparecer la diabetes gestacional

La diabetes es una enfermedad que se produce cuando los valores de azúcar en sangre son más altos que la media normal y se denomina diabetes gestacional cuando se manifiesta por primera vez durante un embarazo. Sabe cómo se diagnostica, se trata y cómo puede afectarte a vos y al bebé.

La diabetes se produce cuando la producción de insulina no es suficiente para regular los valores sanguíneos de azúcar y que éstos permanezcan dentro de los parámetros normales. Durante el embarazo se producen muchos cambios en los valores y tipos de hormonas, que pueden producir una resistencia a la insulina, determinando que el organismo necesite mayores cantidades de la misma para mantener valores normales de glucosa. Si tal requerimiento no puede ser cubierto por la producción corporal de insulina, se produce la diabetes.

¿Cómo se diagnostica? Durante el embarazo se realizan periódicamente análisis de sangre. Con sus resultados, los médicos no sólo hacen un relevamiento general del estado de salud de la futura mamá, sino que además controlan que los niveles de glucosa en sangre se mantengan en los niveles normales. En caso de aparecer elevados, los mismos indicarán la aparición de la diabetes gestacional, cuadro que debe ser supervisado cuidadosamente por el médico obstetra.

Si la diabetes no es controlada y tratada, la salud de ambos -mamá y bebé- puede verse perjudicada seriamente. Además, este trastorno aumenta las posibilidades de que se produzca un parto anticipado, o de que la gestante contraiga una infección o manifieste hipertensión; también incrementa el riesgo de anomalías congénitas y puede ser la causa de que el niño sea muy grande al nacer.

Antes o durante el embarazo

La diabetes se relaciona con el embarazo de dos formas distintas: puede existir previamente -la mujer diabética que queda embarazada-, o puede aparecer durante la gestación en pacientes que antes nunca habían tenido niveles elevados de glucosa en sangre. La enfermedad preexistente al embarazo se trata de diabetes tipo 1, que es la que también se denomina juvenil o insulino dependiente. Suele manifestarse antes de los 40 años y se trata con insulina desde antes del comienzo del embarazo. Sus dosis y tipo deberán ser ajustadas por los requerimientos del embarazo.

En cambio, “la diabetes gestacional es inducida por cambios fisiológicos exagerados en el metabolismo de la glucosa durante el embarazo. Se descubre durante el mismo a través de exámenes de sangre. En estos casos el tratamiento en la gran mayoría es sólo con dieta y mucho menos frecuentemente con insulina”.

En el primer caso -diabetes tipo 1- en líneas generales se puede decir que:

1) Es muy importante un buen control de la glucemia desde meses anteriores a la concepción.

2) Se recomienda que el control del embarazo sea efectuado por un equipo multidisciplinario conformado por un obstetra con experiencia en esta patología.

3) Será necesario un estricto control de los niveles de glucosa en sangre materna durante todo el embarazo. El mismo será efectuado con la frecuencia que los especialistas determinen (a veces varias oportunidades en el día), en ayunas y después de las comidas. Hoy en día con los métodos disponibles bastante sencillos, lo hace la misma embarazada.

4) Se harán controles del tamaño y estado de salud fetal cuya asiduidad y complejidad están pautados de acuerdo con la edad del embarazo y complejidad del caso.

Será imprescindible una determinación del momento y del tipo de parto (vaginal o por cesárea) de acuerdo con el grado de diabetes previo, evolución del embarazo y sobre todo, del mejor o peor control logrado de las glucemias a lo largo del mismo.

Qué sucede la diabetes sólo es gestacional

Con respecto a la segunda situación (diabetes gestacional) se puede afirmar que:

  • Es poco común en embarazadas normales.

  • Es más probable ante la presencia de factores de riesgo: edad materna, obesidad, diabetes insulina dependiente familiar, abortos anteriores, bebés grandes en embarazos anteriores (4 kg o más), aumento exagerado de peso durante embarazos anteriores o el actual.

  • La detección de la misma se efectúa durante el embarazo catalogado como normal mediante pruebas especiales llamadas de “sobrecarga” o “curva de hiperglucemia provocada”. Las mismas consisten en administrar determinadas cantidades de glucosa a la embarazada en ayunas, para medir su glucosa en sangre a determinados intervalos después. Si la glucemia supera valores pre establecidos se diagnostica diabetes gestacional.

  • Este chequeo puede indicarse en todas las embarazadas o sólo en las que presentan “factores de riesgo”. Si se efectúa en las embarazadas sin factores de riesgo, se indica entre las 24 y 28 semanas de gestación; en las que presentan factores de riesgo las pruebas se indican en la primera consulta de control del embarazo y de resultar normales, se repiten alrededor de la semana 26.

  • Una vez detectada la enfermedad, el tratamiento de la diabetes gestacional en la gran mayoría de los casos se efectúa con dieta controlada y actividad física y algunos pocos casos requieren de insulina en bajas dosis.

  • Prácticamente no existen complicaciones maternas durante el embarazo con tratamiento.

  • Es importante el control posnatal de estas pacientes (6 a 8 semanas posparto).

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