
El conflicto en Libia se cobró la vida de más de 150 civiles durante los últimos seis meses, de los cuales 30 eran menores de edad, denunció este martes el enviado especial de la ONU para el país, Martin Kobler.
Además, de marzo a abril la violencia entre las diferentes facciones provocaron otros 146 heridos civiles, 28 de ellos niños, agregó el mediador, subrayando que estas cifras están subestimadas y que el número real debe ser mucho mayor.
Kobler denunció que en Bengasi unas cien familias están atrapadas en áreas de combate y que, a pesar de los esfuerzos de la ONU, siguen sin poder ser evacuadas.
Unos 600 combatientes de Misrata que luchan contra el Estado Islámico (EI) han perdido la vida durante el mismo periodo.
Ante esta realidad, Kobler abogó por no subestimar el conflicto en Libia ni el riesgo de escalada que conlleva.
La alta comisionada adjunta de la ONU para Derechos Humanos, Kate Gilmore, denunció que "miles de personas" están detenidas de forma arbitraria tanto en centros de detención oficiales como de los grupos armados.
Ambos denunciaron que diariamente reciben informes de secuestros, detenciones arbitrarias, ejecuciones sumarias, actos de tortura y otros malos tratos, y un sinfín de violaciones a los derechos humanos perpertradas por todos los bandos en combate.
Asimismo, en sendos discursos se refirieron al "drama" de los inmigrantes, eminentemente subsaharianos, que parten de Libia en su sueño de alcanzar las costas europeas en aras a obtener un futuro mejor.
Por su parte, Gilmore denunció que los abusos a los inmigrantes también son cometidos por funcionarios del Estado incluso cuando intervienen para interceptar y, en teoría salvar, a los que están en embarcaciones precarias en medio del mar.
Kobler lamentó que esta situación se esté dando a pesar del acuerdo alcanzado en diciembre del 2015, dado el "impasse" en el Parlamento libio, que aún debe dar los pasos para implementar el trato.