
El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecin, participo con los seminaristas de la diócesis del 25 al 30 de enero de la convivencia anual con el obispo y sacerdotes en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Monte Caseros, con el fin de compartir experiencias y profundizar en la preparación al sacerdocio.
Fueron unos días de descanso, discernimiento y convivencia para aquellos jóvenes que están formándose, con el propósito de descubrir la voluntad de Dios en sus vidas y a su vez disfrutar de catequesis, oraciones, testimonios, visitas y otras actividades en un ambiente agradable y distendido.
Acompañaron al obispo el vicario general de la Diócesis de Goya presbítero licenciado Juan Carlos López, el párroco del lugar presbítero Diego Alberto Villalba, y los presbíteros José Antonio Castillo, José Ortiz, Luis Alberto Adis y Renato Perez, asimismo el diacono en camino al sacerdocio Pedro Ojeda y algunos diáconos permanentes de esa localidad.
Tuvieron días de convivencia en el destacamento Paniagua de Prefectura, luego visitaron la estancia “Don Carlino”, celebraron la Santa Misa en la capilla San Antonio de Padua de la localidad de Labougle y en la parroquia Nuestra Señora del Rosario.
Esta convivencia, que se prolongó desde el viernes hasta el miércoles, tuvo como finalidad acrecentar los vínculos comunitarios de los futuros sacerdotes, el diálogo con el obispo Adolfo Canecin y los sacerdotes. Aprovecho para tener espacios más prolongados para la oración y la reflexión sobre los desafíos que reviste la vocación sacerdotal.
Los seminarista son Carlos Bargas, David Chamorro y Dario Ortiz de Goya, Josué Cañete de Esquina y Matias Escalante de Mercedes.
CANECIN
Al finalizar el encuentro el obispo diocesano, monseñor Adolfo Canecin destacó que la convivencia “se vivió con alegría” con la participación de cinco seminaristas y de un joven oriundo de Esquina que ingresa este año y desarrollaron un esquema “muy sencillo”, es decir, momentos de oración en horarios fijos y de celebración de la Eucaristía, además de compartir algunos espacios libres en el “compartir”, de esparcimiento y de descanso, remarcando que “lo importante es “convivir”, para “encontrarnos entre nosotros”; es decir, los seminaristas con el obispo y sacerdotes para continuar “acompañándonos en este camino de respuesta al Señor”, por eso dialogaron sobre variados temas, con los seminaristas que ya están en el seminario y quien va a ingresar.
Fue una oportunidad para que los jóvenes que se están formando para el ministerio presbiteral puedan establecer un diálogo más cercano con monseñor Adolfo Canecin, y fue el tiempo propicio para hablar sobre sus experiencias, expectativas y sobre el camino que han elegido para sus vidas. El obispo dialogó personalmente con cada uno de ellos, teniendo en cuenta el informe anual del rector del seminario interdiocesano La Encarnacion (Resistencia) para cada seminarista.
Monseñor Adolfo Canecin aclaro que es “una experiencia que se va consolidando y es muy simple”, modalidad que se adoptó en esta diócesis a partir de su llegada, y “es elemental porque nos hace bien a todos, el compartir y mostrarnos tal cual somos”.
JÓVENES
En la Catequesis abordaron el Documento final de la XV Asamblea general ordinaria del Sínodo de Obispos, sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, un texto que consta de tres partes, doce capítulos en 60 páginas.
El Documento final del Sínodo examina el contexto en el que viven los jóvenes, destacando sus puntos de fuerza y sus desafíos, en esa línea de reflexión hemos “analizado a modo de formación a la luz de nuestra realidad diocesana, para ver qué experiencia de camino sinodal estamos haciendo y la necesidad de formación” dijo el Obispo.
Monseñor Adolfo Canecin fue rector del seminario interdiocesano La Encarnación desde el año 2006 al 2011, y desde su experiencia compartió con los seminarista “primero lo que la Iglesia nos enseña y luego uno va cerrando las alforjas personales” y, particularmente destaco “preparémonos formando como Jesús de cara al Padre”.
“Que el Padre lo vea, tenga complacencia y que Él lo apruebe” por eso los animo a “vivir de cara al Padre, no para que el rector o formador los vea, sino para que Dios nos vea y cualquier situaciones de la vida o en cualquier circunstancia, si uno vive de cara al Padre procurando que el Padre me vea y me apruebe, eso atraves de la conciencia regula mi vida y me da una vida evangélica”.-
Canecin dio sus palabras de aliento a los jóvenes para que “al regresar al Seminario, avancen con profunda fe el camino al sacerdocio”, al tiempo que expreso su agradecimientos a Dios por el nuevo seminarista que van a ingresar este año.