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Interior Goya

Monseñor Adolfo Canecin instituyó en el lectorado a dos seminaristas

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Crédito: 59156

El obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramón Canecin, concedió el ministerio del lectorado a los seminaristas Pedro Ojeda y Pablo Stortti, que se están formando en camino al sacerdocio. La concesión del ministerio se llevó a cabo el pasado domingo 7 de mayo en el monasterio dominico San Alberto Magno de la localidad de Lavalle en la misa de las 17, en la Jornada de Oracion por las Vocaciones "Jesus Buen Pastor".

 

La institución de los dos seminaristas, como lector en la misa es fruto del tiempo de preparación de los aspirantes al sacerdocio. Además, la celebración del grado ministerial fue el acontecimiento que rubricó un encuentro vocacional con los jóvenes del departamento de Lavalle con motivo de haberse celebrado el cuarto domingo de Pascua la Jornada de Jesus el Buen Pastor.

 

Junto a monseñor Adolfo Canecin, concelebraron  la misa, el Vicario General padre Juan Carlos Lopez, el asesor de la pastoral de juventud padre Ariel Gimenez, el decano padre Adolfo Gutierrez, el padre Daniel Alarcon Sotelo, entre otros. Asistieron, además de familiares, religiosas y amigos de los seminaristas.

 

El Equipo de Pastoral Vocacional Diocesano invita a la comunidad a participar de este acontecimiento tan significativo para la diócesis, que se encamina a celebrar sus cincuenta años de vida. La celebracion se cumplio en el marco de la novena a Nuestra Señora de Fatima y de los 50º años de la fundacion del monasterio dominico San Alberto Magno que se cumplirá el 13 de mayo.

 

La significación

 

Cuando se habla de “lectorado” se refiere a la lectura pública de la Palabra de Dios. El que recibe este ministerio debe tener un trato asiduo con la Sagrada Escritura, debe conocerla y hacerla vida en sí mismo, de manera que cuando la proclame, comunique a los fieles el mensaje con su voz y con su vida.

 

Es un paso importante que lo compromete más plenamente en cuidar, cultivar y desarrollar su propia vocación. El obispo lo acepta en nombre del pueblo de Dios, al servicio del que desea consagrar su ministerio sagrado.

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