
El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin, llamo a la feligresía a la “integración sin exclusiones” e instó a dejarse “ayudar, para sacar adelante esta Republica” evitando “sectarismos” teniendo una verdadera “actitud de dialogo”, durante la homilía que pronunció en la Catedral en el 26° domingo durante el año.
El Obispo invito a tener en cuenta la oración colecta porque: “Dios manifiesta su poder en la Misericordia y en el perdón” y esa expresión quiere decir que “el perdón y la misericordia no es signo de debilidad” al tiempo que opino “hay que ser muy fuertes para perdonar, hay que ser integro para tener misericordia y para perdonar. Hay que parecerse mucho a Dios”.
Más adelante dijo que: “Dios manifiesta su poder porque él es omnipotente, es decir todopoderoso y, es omnisciente, es decir, que todo lo conoce. Manifiesta su grandeza en el perdón y en la misericordia”; por eso “en la medida de que crezca nuestro parecido a Dios, porque somos imagen y semejanza de Él, de quien somos hijos en el Hijo, también nosotros tendremos como estilo la misericordia”.
“Pensemos en nuestra patria Argentina, donde se evidencia tan honda y profunda la grieta, allí la Iglesia propone y ofrece, pero, no como un manto de olvido sino como una experiencia liberadora y transformadora la misericordia” remarco.
Dijo que “la misericordia y el perdón” no es sinónimo de “impunidad ni de olvido”, explicando que es “imitar el corazón de Dios que manifiesta su poder”.
Haciendo un parangón entre el texto leído como primera lectura y el Evangelio (Mc. 9, 38-43. 47-48) dijo que en ellas hay “distintos personajes pero una misa enseñanza. Las lecturas de este domingo dejan una enseñanza muy clara” remarco el prelado.
El Obispo reflexiono la primera lectura tomada del libro de los Números, donde Moisés, que era el líder de Israel, ante el agobio que siente por la tarea de formar y conducir a su pueblo a través del desierto, decide “repartir” parte de su espíritu entre un grupo de ancianos para que “le ayuden en su misión”.
En esa línea de pensamiento anhelo: “que como país, al igual que Moisés, nos dejáramos ayudar, para sacar adelante esta República (Argentina)”, pero reconoció que, “a veces cuesta” y, remarco que Moisés se dejó ayudar porque “pensó en el Pueblo, que era numeroso, y solo no podía entonces compartió su rol y tarea sin que vaya en desmedro de su servicio”.
Asimismo, en el Evangelio se presenta a Jesús, que también escucha a sus discípulos escandalizados por la conducta de alguien, “que no es de los nuestros”, pero que está expulsando demonios y les dice: “Quien no está contra nosotros está con nosotros”. El obispo añadió que fue una respuesta de Jesús ”en su pedagogía correctiva y en su paciencia” enseñándonos a “no tener celos” y ejemplifico luego, “que bueno sería si un grupo como Iglesia o algún movimiento dice al otro grupo te necesitamos, venís a darnos una mano”.
“A veces nos montamos en los roles y acaparamos el lugar y, eso, va en detrimento del servicio” e invito a “mirar la actitud de Moisés y de Jesús que no tienen celos”, por eso explico luego que “esto significa que el Espíritu de Dios se da en la Iglesia, pero también fuera de la Iglesia” porque “allí hay muchos elementos de verdad y de santidad”.
Más adelante animo a la feligresía a tener una “actitud de dialogo” con quienes piensan distinto y tal vez sean de otro grupo religioso o con los que se proclaman ateos y agnósticos, siempre en “la búsqueda del bien común”.
“Tenemos que poder escucharnos entre todos y, quizás como Iglesia este puede ser nuestro aporte a la Patria, invitar con el ejemplo, y el testimonio a que quienes estuvieron ayer, están hoy o estarán mañana, en la función pública y en los distintos niveles sepan imitar la actitud de Moisés y de Jesús, es decir, el poder necesitar de la otra persona y pedir ayuda”.
“Cuando se quiere acaparar o ser artificies de algún logro, se puede echar a perder tantas cosas” por eso insto a reflexionar como “Iglesia, en las familias, en los ambientes laborales y especialmente como sociedad” dijo.
“Seamos capaces de buscar en serio el bien común” remarco el obispo.
Animo a “que cada uno desde su ámbito aporte, sin entrar en descalificaciones”, a no decir como Josué: “no son de los nuestros o la descalificación de Juan cuando dice ´hemos encontrado gente que no son de los nuestros”.
“Hago un llamado a superar las descalificaciones, que a veces, son frutos de una autoafirmación, que es sinónimo de debilidad y de fragilidad”, por eso, “seamos capaces de dialogar e integrarnos en una armonía en pos del bien común” concluyo el obispo.