
Un hombre de 60 años de edad quedó detenido y fue torturado en Goya por filmar en la calle un procedimiento que realizaban dos policías en un patrullero, en un hecho que configura un abuso de autoridad, privación ilegítima de la libertad y otros delitos por parte del personal de seguridad de la Provincia, informaron fuentes judiciales.
Fuentes judiciales indicaron a Corrienteshoy.com que el caso podría ser tomado por la fiscalía de Instrucción de Goya, que pediría en las próximas horas informes a la comisaría 5°, donde ocurrieron los vejámenes, para investigar al personal responsable. No existe la posibilidad de que una persona sea detenida por filmar o tomar fotografías en la vía pública, sea un operativo policial o no, aclararon las fuentes.
Los fiscales de Goya son Francisco Antonio Arrué y Guillermo Barry, quienes deberían haber tomado el caso de oficio a partir del relato del hombre.
La víctima es un empleado de la Municipalidad de Goya, que el miércoles último transitaba en su motocicleta por el centro de la ciudad y se detuvo a filmar con su celular, de una vereda a la otra, a dos policías que estaban revisando el bolso de un joven que había salido en una moto de cargar nafta en la estación de servicio del lugar.
El hombre tomaba imágenes desde varios metros de distancia mientras los policías ponían contra la pared al joven y lo palpaban. En ese momento, uno de los agentes se dirige a los gritos y le pide que se acerque: “Qué estás filmando vos. Vení para acá”, le dijo. Cuando el hombre de 60 años se acercó, lo metieron al patrullero y los llevaron a la comisaría.
Allí, le avisaron que quedaba detenido, lo desnudaron y lo golpearon, en un caso de tormentos, provocándole lesiones físicas y psicológicas.
Se trata de Roberto Oscar Martínez, un conocido empleado de la Municipalidad de Goya por ser uno de los que más antigüedad tiene. Decidió contar el caso que sufrió y se transcribe a continuación su relato en radio Horizonte de esa ciudad:
“Yo estaba mirando y traté de filmar lo que estaba pasando. Cuando me pongo para filmar, me llama un policía gritando —¿Qué está filmando? ¡Vení para acá! Entonces, cuando me cruzo, el policía me agarra de la campera y me tira contra la chata. Abre la puerta y me tira adentro. Me llevan a la comisaría. Por el camino, me iba cuestionando por qué tengo que filmarle, que somos unos maleducados que siempre filmamos y le mandamos al Facebook. Mientras tanto, me pegaban. Estamos hablando de la Comisaría 5ª. Me llevaron a una zona con el muchachito, nos hicieron sacar toda la ropa. Le dije que no tenía arma, nada. Igual me hicieron sacar toda la ropa, contar la plata que teníamos delante de ellos. Me cazaron de la mano y me sacaron mi reloj. Les dije que trabajo en la Municipalidad y que no podía demorarme. Todas mis pertenencias estaban en el suelo. Quedé solamente en calzoncillo. Jamás en la vida entré a una comisaría. Esta es la primera vez. Es muy fea la forma en que te tratan. El policía que me llamó, me mostró el celular, le mostré y le dije que no era para hacer algo malo. Entonces me dijo —Sos un maleducado de mierda. —y me encajó un tortazo por mi cara. Le pregunté por qué me pega si yo no soy ningún ladrón. Entonces no tenemos derecho de filmar ni sacar fotos. Ahora estoy más tranquilo. Ayer no porque tengo mi presión alta y estuve todo el día con nervios. No había forma de calmarme porque no podía creer lo que me pasó. Me encerraron con otros delincuentes como si fuera uno más. Me dijeron que me iban a tomar mis datos, me tomaron las huellas dactilares para averiguar si no tengo antecedentes. Ahora tengo que hablar con un abogado para ver cómo están todos esos papeles porque yo no sé qué pudieron poner ellos ahí. Me largaron después porque mi señora se enteró y se fue a la comisaría a preguntar por qué estaba ahí. Porque yo nunca tuve problemas con nadie. Voy a mi trabajo y vuelvo a mi casa. No molesto ni a los vecinos. Cuando me largaron, el suboficial Molina, que estaba a cargo de la semana, me dijo que me agarraron porque por ahí se toma a mal cuando la gente sube los videos al Facebook y eso no tienen que hacer. Le dije que yo no estaba haciendo nada malo. Le hice escuchar unos mensajes de voz que estaba mandando en ese momento con uno de Santa Lucía. No tenía intenciones de hacer nada malo”.