
Nuevamente un efectivo de la Policía de Corrientes resultó detenido bajo serias sospechas de incurrir en el delito de hurto de ganado mayor. Esta vez lo apresaron a pedido de la Justicia en el departamento de Curuzú Cuatiá, donde prestaba funciones para la División Policía Rural e Islas y Ambiente Rural.
Un campo ubicado en la localidad de Cazadores Correntinos fue allanado. Allí los investigadores hallaron aproximadamente 400 animales vacunos que debían ser revisados uno por uno. Hasta ayer, trascendió que una buena parte de todos ellos presentarían signos de haber sido remarcados.
La pesquisa comenzó semanas atrás. Hurto reiterado de vacunos en esa zona de la provincia dejó en clara evidencia la operatoria de una presunta banda que la PRIAR local no podía desbaratar, indicaron a época fuentes cercanas a la causa.
Las vacas “desaparecían” de diversos establecimientos en pequeñas cantidades. A veces los dueños o encargados notaban que faltaban dos, otras cuatro y hasta seis o siete, según información extraoficial. De esa manera, supuestamente, no levantaban demasiado “el avispero”.
Con cierta información fueron integrantes de la propia fuerza de seguridad, quienes iniciaron distintos procedimientos hasta posar la lupa, en una primera instancia, sobre el suboficial que resultó detenido.
Una transacción comercial reciente de este efectivo lo dejó bastante al descubierto y sirvió para que la Justicia tome directa intervención. Fue cuando un productor que realizó negocios con el sospechoso habría revelado que aquel nunca le expidió la “guía” correspondiente, con la cual debería dejar asentada legalmente la procedencia de una suma de animales que adquirió a un valor de 350 mil pesos.
Hay un dato curioso y relevante en esta historia. El policía detenido tendría a su cargo un campo de una extensión cercana a las 200 hectáreas, en las que declaraba ante las autoridades contar con animales de su propiedad en un número que no superaría las 30 cabezas.
Sin embargo, en ese predio es donde se hallaron en la última semana a los más de 400 vacunos “apilados”, de los cuales una parte era la que vendió no hace muchos días al productor que nunca recibió las documentaciones legales y que, en definitiva, hizo reventar “la bomba”.
Se sospecha que el ganado sustraído iba a parar a ese campo donde luego adulteraban las señas y marcas, para posteriormente destinarlos a su venta o faena.
Los operativos más fuertes comenzaron el miércoles. Ese día apresaron al cabo primero, a quien trasladaron a la ciudad de Paso de los Libres para así “alejarlo” de otros policías con los cuales mantenía asiduo contacto y también estarían bajo la lupa. Por decisión judicial, el sospechoso permanecía encerrado en calidad de “incomunicado”.
Para brindar un manto de mayor “transparencia”, a realizar los procedimientos en el campo donde están los animales fueron enviadas autoridades de la División Policía Rural de Mercedes.
Ayer existía información comprometedora para otros efectivos de la PRIAR de Curuzú, ya que por complicidad u omisión supuestamente facilitaban la seguidilla de hurtos y comercialización del ganado mal habido.
La tarea de investigación continuará y no descartan nuevos allanamientos en la zona rural, sumado a la citación indagatoria tanto del detenido como de terceras personas.
Ante lo ocurrido y dado que el hecho tiene repercusión pública se espera que otros productores se acerquen a radicar denuncias.