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Opinión del Lector

Del resentimiento, rencor al perdón

Perdonar es la respuesta. Es el final de un arduo trabajo en el que la última etapa es la aceptación que trae la paz.

Con el perdón nos liberamos de los sentimientos negativos asociados a aquello que nos causó sufrimiento.

El perdón es una forma de hacer las paces con el pasado, con el presente, con el otro y con nosotros mismos.

Talvez haya quien en algún momento de la vida te ofendió o dañó, ocasionando una herida dolorosa y profunda.

¿Por dónde comenzar? Lo primero que debemos hacer en estos casos es identificar las emociones que nos embargan e intentar comprenderlas. ¿Cómo me siento? ¿Y por qué?

Buscar, examinar y profundizar en la causa que produjo ese dolor; esto puede ayudar a liberarnos más ágilmente del resentimiento y el potencial futuro rencor.

Es decir, hallar y descubrir el resentimiento y el rencor, asociadas al “cómo” se manifiesta en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestra manera de sentir y relacionarnos.

Una vez detectado el sentimiento y su causa desencadenante, podemos intentar encontrar una vía para expresar aquello que sentimos.

Lo podemos introducirlo en nuestro diálogo interior de una manera reparadora, o escribirlo en una carta, hacer un “Psicomagico”, directamente hablar con la persona que nos causó el daño, tomar consultoría con un terapeuta, acompañante espiritual, orar ese dolor, hay muchas opciones.

Aunque puedan parecer conceptos similares, no son exactamente lo mismo el resentimiento que el rencor.

El resentimiento es un dolor moral que se produce como consecuencia de una ofensa, donde la persona que lo sufre no logra olvidarla, de manera que lo vuelve a sentir una y otra vez (re-siente), sentimiento que va acompañado de rencor y aversión hacia quienes causaron el daño, el rencor va más allá del resentimiento, el rencoroso presenta sentimientos de venganza.

El prefijo “re “, es sinónimo de “repetición”; el verbo “sentiré”, es equivalente a “sentir”, y el sufijo “miento”, puede traducirse como “medio”. “Sentir una y otra vez lo mismo”

El resentimiento es la acción y efecto de resentirse (mantener un enojo por algo), hace referencia a un sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos.

El resentimiento nos ancla a un pasado estancado de dolor que nunca cambia ni se borra, trae consigo un sentimiento negativo, que se refleja en diversos sentimientos, actitudes, como, por ejemplo: la hostilidad hacia algo o alguien, el enfurecimiento, la ira no resuelta sobre un determinado acontecimiento, y consecuentemente manifiesta la incapacidad para perdonar.

Veamos otro ejemplo: Una persona puede enojarse con otra y sentir odio o ira durante un tiempo, debido a algún daño o perjuicio recibido, si dicho odio no cede, en este caso es posible hablar de resentimiento.

La única forma de que el resentimiento se vaya es a través del perdón que trae aceptación de las situaciones en cuestión (no es resignación).

Las diferencias entre el rencor y el resentimiento varían en:

Grado de intensidad: el rencor es un sentimiento mucho más intenso que el resentimiento.

Duración: el rencor es un estado más duradero y puntual en el tiempo que el resentimiento.

Profundidad: el rencor es algo mucho más profundo que el resentimiento.

Causas: aunque las causas pueden ser similares, normalmente el rencor se desata por situaciones más graves que las que originan el resentimiento.

Consecuencias: el rencor prolongado puede tener consecuencias mucho más nocivas para nuestra salud física, mental, emocional y espiritual que el resentimiento, además de producir mayor obstrucción en nuestra vida.

Algunas sugerencias para salir del rencor.

Aceptar lo sucedido, comprender que la vida está llena de injusticias de las cuales podemos aprender y no repetir.

Perdonar a la persona que nos hizo el daño, también perdonarnos a nosotros mismos por el mal que nos hayamos podido causar quedándonos anclados en ese pasado lamentable.

Mejorar el nivel de autoestima, madurado mediante ese dolor, para seguir avanzando, porque no hay nada malo que no traiga algo bueno, la vida continua.

Ser positivo y optimista, encontrarle lo bueno que tiene cada circunstancia.

Mirar hacia adelante. Cerrar el capítulo con determinación y en paz, mirar hacia el futuro con visión, energía e ilusión.

El perdón es un regalo silencioso que dejamos en el umbral de la puerta de aquellos que nos han hecho daño. -Robert Enright-

Te mando un beso inmenso TG.

IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.

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