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Opinión del Director

Por qué no nos cuidan

Daniel Caran

Por Daniel Caran

Hay una especie de entelequia entre lo que ocurre en la humanidad y la desidia de las autoridades encargadas y responsables de cuidar justamente la vida humana. Esta semana un siniestro vial, como el ocurre todo el tiempo en la ciudad de Corrientes, tuvo una particularidad. A bordo de una motocicleta una pareja colisionó contra un automóvil y la mujer que iba como acompañante terminó son serias lesiones. De carácter grave por quemaduras en su cuerpo. Llevaba, al momento del choque, un bidón de combustible.

No hay lógica, muchas veces en el comportamiento humano es un misterio imposible de desentrañar. Lo vemos en el comportamiento en el tráfico vehicular en nuestra ciudad de Corrientes.

Con este episodio observamos una cadena de desidia y de irresponsabilidades: desde los protagonistas que ponen en riesgo sus vidas, la de terceros y cómo llegó ese bidón a ser transportado de la forma en que fue.

Marco estas cuestiones porque justamente hablamos de una cadena de desidia que constantemente lo remarcamos en este espacio. No todo es responsabilidad del Estado, claro que es el principal responsable junto a funcionarios. Pero es la comunidad también la que debe aportar con su comportamiento un gramo de cordura a este tiempo que vivimos donde es casi imposible reconocer al otro, al prójimo.

Se sabe, las estaciones de servicio no deben vender a menudeo el combustible. ¿Lo cumplen? ¿Cómo están los controles en ese sentido? ¿Las autoridades comunales? ¿Ningún inspector municipal advirtió el traslado de ese bidón con material ampliamente inflamable?

Advertimos esto en un momento especial. La ciudadanía, vecinos y vecinos de la capital provincial desde hace tiempo elevan su queja por la precariedad y casi inexistencia de los servicios municipales. Plazas, parques y paseos sin verde. Un avance descontrolado y sin planificación de cemento.

Además, al momento de pedir explicaciones sobre estas cuestiones que no son otra cosa que solicitar la transparencia en el manejo de la cosa pública, la respuesta es el silencio.

Otro ejemplo es lo ocurrido hace semanas atrás con la caída de una estructura de iluminación en un escenario que lesionó a músicos, todo durante un evento organizado por el municipio local.

¿Por qué es tan difícil que las autoridades elegidas para conducir los destinos del Estado, den explicaciones? Esto también es responsable de que episodios como los citados aquí a modo de ejemplo, sigan ocurriendo.

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