Por Daniel Caran
Muy impresionante caminar por el centro de Corrientes y ver cómo la policía verificaba que los negocios cierren sus puertas a las cinco de la tarde.
La cara de esos pequeños comerciantes que vienen golpeados desde hace cuatro años y más intensamente desde marzo pasado cuando empezó esta pesadilla llamada Coronavirus.
Pensaba cuando veía esas caras. Se equivocaron y ahora estamos donde empezamos. Escondían las manos porque las tenían sucias. Qué hicieron estos ocho meses. Se esmeraron, concentraron y gastaron los recursos humanos y materiales del Estado, no para gestionar la crisis sanitaria si no para ocultarla sistemáticamente.
Las medidas anunciadas por el Gobierno provincial de regresar a Fase 3, decretar asueto administrativo por diez días y modificar el horario de atención comercial, al menos debió tomarse con dos meses de anticipación de lo que se tomó ahora.
Claro que no hubiese solucionado la pandemia en la provincia, pero quizás hubiese evitado algunas muertes y atemperado el impacto económico. Principalmente en la Capital provincial.
Ahora, los comerciantes a muy pocas semanas de las fiestas de fin de año verán mermada sus ventas. Porque no sabemos hasta cuándo se extenderá esta fase 3. Si bien es hasta el domingo 22 de noviembre, es poco probable que dicho tiempo de restricciones merme los índices de contagios. Allí radica la importante de haber tomado antes estas decisiones.
Circulación viral comunitaria
En el final del encuentro con la prensa del pasado jueves por parte del gobernador Gustavo Valdés, admitió que en la Capital provincial hay circulación viral comunitaria del Coronavirus. Y anunció que junto a la Municipalidad de Corrientes se empezará aplicar el Plan Detectar. ¿Recién ahora? En todo el país ese programa de detección rápida de positivos, se utiliza desde hace meses. A penas inicia la pandemia.
Incluso los vecinos chaqueños que querían cruzar el puente y traían sus test negativos hechos con el Plan Detectar, eran rechazados en el retén sanitario de la bajada del puente. ¿Por qué?
Por qué durante todos esos meses no se utilizó dicho programa de detección y ahora sí. ¿El Gobierno nacional está al tanto que en Corrientes no se utilizó dicha herramienta clave dispuesta por el ministerio de Salud nacional?
Estas son las cuestiones que debe aclarar la administración radical que puso en una delicada situación a los correntinos.
Dejar de esmerarse y gastar recursos económicos del Estado en producciones dignas de la ciencia ficción, y mejorar las condiciones laborales y salariales de todo el personal sanitario en la provincia.
No alcanza con hacerles notas de color en los medios de comunicación pagos con pauta oficial. Esos trabajadores deben estar tranquilos para entregar lo mejor de sí y no estar pensando cómo llegar a fin de mes.
El problema en las zonas limítrofes de Corrientes con sus provincias vecinas exhibe la otra falencia, también marcada desde aquí, hace meses. La nula comunicación del Gobierno correntino con sus pares de Chaco Misiones o Entre Ríos.
La presión por el cobro obligatorio para el ingreso a Corrientes es cada vez más alta. Los episodios del pasado viernes así lo demuestran: cortes de rutas nacionales en Mocoretá, lindante con Entre Ríos y sobre el puente interprovincial con Chaco.
Y nuevamente la pregunta. ¿El Plan Detectar? Por qué no se usa ese testeo para quienes ingresan a Corrientes.
De las crisis, se sabe, se sale entre todos. Pero lamentablemente el Gobierno radical se aísla en su propio relato de que está todo bien. Tapas de diarios, radios que no cuentan la realidad sanitaria y el virus avanza silenciosamente.
Por eso nos encontramos donde estamos ahora y no sabemos si cuál serán las proyecciones a corto plazo en la provincia.
Mostrar las manos y decir la verdad por más cruel que sea, por ahora es la única prevención ante este mal.