Por Daniel Caran
El periodismo lanzó la versión sobre una prórroga de mandatos hasta el mes de octubre y una sorpresiva reunión del Consejo Provincial del PJ para este sábado. La fuente provendría desde el mismo riñón del oficialismo partidario a manera de anticipo de futuras decisiones que complicarán más el enrarecido clima de las internas previstas para el 31.
Para nadie es secreto que los clásicos aparatos internos luchan para hacer prevalecer sus posiciones en la estructura formal del partido, y son capaces de utilizar cualquier cosa a su favor sin importarles que sus acciones para quedarse con la conducción ocasionen mayores pérdidas a al pueblo peronista.
Están consiguiendo convertir lo que debía ser una competencia de ideas en una pelea donde lamentablemente vale todo. Algunos llevados por actitudes absolutistas conceden oportunas excusas para que sus adversarios históricos desaten una serie de maniobras destinadas inexorablemente a la interrupción del cronograma electoral, sin que siquiera esbocen pretextos a los afiliados.
Hacerse con la ganancia a como dé lugar, arriesgando que todo termine en la consecuente judicialización de la interna partidaria, es una idea temeraria. Es evidente que les ocasiona pánico pensar que deben someterse a la dura prueba de las urnas. Resulta triste y doloroso para todos los justicialistas soportar tanta vergüenza ajena. En forma amañada nos quieren llevar como ovejas al precipicio. Para el aplauso de la claque y el festejo del radicalismo gobernante.
Nosotros hemos sido los primeros en pedir elecciones y democratización partidaria. No estamos ni estaremos con quienes faciliten la intervención orgánica y mucho menos con quiénes quieran voltear la fecha del 31.
Hemos expresado siempre que buscamos la interna y para eso nos preparamos buscando cumplir todos y cada uno de los requisitos formales. Estamos reunidos, vigilantes y más firmes que nunca, velando por el conjunto, dispuestos a continuar por el único camino que hemos elegido desde el Congreso de Saladas.
No habrá nada ni nadie que nos haga entrar en componendas a espaldas de los que nos apoyan en tanto esfuerzo por la Democracia en nuestro Movimiento. Y si los de siempre deciden el peor camino ya no será responsabilidad nuestra. La Historia y la Justicia divina los seguirá juzgando.
