Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Recibí las notificaciones

DESBLOQUEAR NOTIFICACIONES

Siga estos pasos para desbloquear

Opinión del Director

Cambiar al calor de la protesta social

Daniel Caran

Por Daniel Caran

Culminamos una semana donde el Gobierno provincial concretó la tercera mejora salarial consecutiva para empleados estatales, activos y pasivos.

Si retrocedemos solamente dos meses, la administración provincial anunció un cronograma de mejoras salariales en tres cuotas que iniciaba en marzo y se extendería hasta octubre venidero.

Esa hoja de ruta se tuvo que cambiar al calor de la protesta social encabezada por docentes y allí está la clave. El reclamo ante un gobierno que le molesta justamente eso, el reclamo y el control sobre sus acciones de estado.

Con tres aumentos salariales consecutivos ahora los empleados estatales, jubilados y pensionados, se preguntan en forma retórica: entonces plata hay y mucha a sabiendas por los recursos propios y los ingresos federales con un 100% de aumento en comparación a 2022.

Aquí hay una cuestión enlazada entre la protesta, el control de la cosa pública y un comportamiento errático sobre cómo reacciona el gobierno provincial a esas protestas.

Los docentes provinciales fueron protagonistas de sendos hechos violentos: maestras golpeadas en Saladas e intimidación policial sobre la ruta 118 hace dos semanas.

El pasado jueves la policía volvió a reaccionar, pero con más ferocidad, reprimió a un grupo de los movimientos sociales frente a la sede de INVICO. Uno de los tantos entes autárquicos que llevan más de 20 años intervenido.

El reclamo fue para que el organismo provincial cumpla con un convenio firmado en diciembre de 2018, entregar más de 300 lotes en el barrio Dr. Montaña y urbanizar toda esa zona.

Hasta hoy, casi cinco años después, además de no haber cumplido con lo firmado, los habitantes de esa zona viven en condiciones infrahumanas sin energía, sin cloacas ni agua potable, con calles donde no pueden acceder al transporte público de pasajeros.

Aquí, como en muchos lugares de la ciudad, el atrazo es un modelo.

La violencia es repudiable emerja de donde emerja, pero para evitar la violencia justamente hay que habilitar la palabra y la comunicación. Lo planteamos siempre, se debe reconocer que el otro no piensa como uno y que en ese otro hay una necesidad y la respuesta no puede ser la violencia.

Debe prevalecer el diálogo y quienes están a cargo de administrar el erario público tienen esa obligación, no hablar solamente con quienes los aplauden. También deben hacerlo con quienes protestan.

Esto se llama Democracia y al parecer a algunos les cuesta vivir en ella.

Dejá tu opinión sobre este tema

Noticias destacadas

Más noticias

Te puede interesar

Newsletter

Suscribase a recibir información destacada por correo electrónico

Le enviamos un correo a:
para confirmar su suscripción

Teclas de acceso