Al principio claramente Horacio Cabak no quería confrontar con la médica del Garrahan que había aceptado hablar con él.
Buscó empatía diciéndole que entendía que con el sueldo que cobraba era imposible vivir. Después empezó a decorar su pregunta punzante, consultándole a su entrevistada qué sentía cuando le decían que había cuestiones políticas o que benefician a algunas organizaciones pegándole al Gobierno.
La doctora, ni lerda ni perezosa, respondió diciendo que iba a dejar algo en claro y comenzó: “No tenemos agrupación gremial si nomos parte de ningun sindicato, nada. Somos empleados del ministerio de Salud de la Nación, que se juntan porque ya no podemos mas… vamos a seguir en el hospital y vamos a seguir defendiendo la salud, esté el gobierno que esté”.
Y Cabak tomó la gran decisión de hacer silencio para no quedar más en ridículo.