Las familias que dependen de la actividad consideran que su economía mejorará significativamente con el inicio de la temporada. Destacaron que la actual gestión municipal fue la única que atendió la problemática organizativa de los vendedores ambulantes.
A más de cinco meses de haberse trasladado, los propietarios de los carritos gastronómicos, ubicados en el nuevo paseo debajo del puente interprovincial, vieron mejoradas significativamente sus ventas. A la vez estiman el doble de ingresos una vez que comience la temporada de playas.
El trabajo de reorganización llevó a 15 puestos ambulantes, que antes ocupaban espacios sobre avenida Juan Pablo II entre Lavalle y avenida Jorge Romero, a un renovado paseo que cuenta con un sendero, iluminación, asientos y todos los servicios. De esta forma se transformó un espacio deshabitado y oscuro, en una especie de galería con distintas opciones culinarias que reflejan los platos principales de la cultura correntina.
"Las ventas vienen bien luego de los días de frío. Estimamos que venderemos el doble cuando inicie la temporada, la gente ya sabe dónde están los puestos de comida", dijo uno de los encargados de "Burger Juancito". Se trata de uno de los carros que estaba ubicado sobre avenida Juan Pablo II y Necochea.
Un aspecto que en los primeros días contrarió a los comerciantes fue la ubicación de todos los negocios juntos. "Pese a encontrarnos próximos, los vendedores manejan una amplía variedad de productos y precios. Por ello, las ventas están garantizadas para todos", acotaron en una entrevista con época.
Otra de las empresas familiares que dio el visto bueno fue "La Correntinita Porá", que estuvo más de diez años en la esquina de la avenida Juan Pablo II y General Paz. Carlos Livio, su propietario, opinó sobre los cambios: "Esta gestión municipal, dentro de sus dos períodos de gobierno, fue la única que atendió la problemática del vendedor ambulante. No es algo fácil y cuesta establecer un orden o hacer docencia; enseñar a mantener la higiene o vestir con ropa de trabajo".
El hombre con 46 años de experiencia en la venta ambulante analizó el proceso de reubicación y su impacto en las ventas. "Los comerciantes sabemos que nunca es lo mismo cuando se cambia de lugar, pero eso es parte de nuestro trabajo y está en nuestras habilidades adaptarse para generar ventas", declaró.
Sobre la proximidad de sus colegas señaló que no hace mella. "Cada uno tiene su forma y estilo para trabajar, por lo que la gente nos diferencia. Asimismo, con los comerciantes de la Costanera Norte no hay competencia porque sus precios son más elevados", dijo. Vale recordar que estos se trasladaron hacia finales de agosto y están situados más sobre avenida 3 de Abril.
Por último, Livio destacó la predisposición de los funcionarios comunales: "Son personas que vienen a las 1 de la mañana, fuera del horario de trabajo, para escuchar nuestras inquietudes".
El único aspecto negativo para Carlos es que los locales dispuestos no son los recomendados para la actividad. "Deben ser exclusivamente de acero inoxidable, con piso de chapa antideslizante y deben evitar tener madera de durlock", detalló. Personalmente, confesó que le hubiese gustado contar con sus instalaciones valuadas en 17 mil dólares. Época.