Un músico toca su guitarra y acapara la atención de los transeúntes que pasean cerca de la emblemática ópera de Odesa . El clima suave, casi de verano, y esa luz nítida tan característica de las ciudades que están bañadas por el mar, invita a los vecinos de esta ciudad del sur de Ucrania a disfrutar de las terrazas. Una pareja de recién casados aprovecha que las nubes se mueven para retratar un momento tan especial rodeados por el casco histórico, patrimonio de la Unesco. Las alarmas antiaéreas comenzaron a sonar a última hora de la tarde. Hasta ese momento, la perla del mar Negro lucía como una ciudad más. Pero no lo es y ese sonido particular es el terrible recordatorio. La invasión a gran escala, que ya dura más tres años, ha tallado sus cicatrices en los edificios cercanos a las emblemáticas escaleras Potemkin. El bullicio de la gente recorre las calles, pero en el interior de los vecinos de esta metrópoli rondan las dudas. Anna Karbuik, empresaria de Odesa, se pregunta cuándo y cómo acabará la guerra. Se refugió en Alemania durante varios meses en 2022. No fue la mejor experiencia para ella. En Odesa tiene su vida y su trabajo, pero el futuro aquí es esquivo. «Quiero quedarme, pero quizás debería empezar una vida en otro país europeo. No sé qué hacer y no tengo muchas expectativas en el próximo encuentro de Estambul», explica mientras conduce cerca de la costa que bordea la ciudad.Noticia Relacionada estandar Si Rusia lanza su tercer bombardeo masivo consecutivo y pone al límite la capacidad de defensa aérea de Ucrania Miriam González A pesar de los daños materiales, Kiev no reporta víctimas mortalesEl proceso de paz acapara la atención dentro del país invadido sin demasiadas esperanzas y con muchos cuestionamientos sobre las verdaderas intenciones de Moscú. El ministro de Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha , también se pregunta el motivo que ha llevado a la parte rusa a retrasar la entrega de su propuesta.Retrasar el proceso«¿Por qué esperar hasta el lunes? Si los rusos finalmente han elaborado su memorando, tras diez días de reflexiones y ataques, nos lo pueden pasar de inmediato», escribió el titular de Exteriores en su cuenta de X. El mensaje llegó poco después de que el ministro de Defensa de Ucrania informase sobre la entrega de la iniciativa ucraniana del alto el fuego a la parte rusa. El portavoz del Kremlin criticó este jueves la demanda ucraniana de recibir cuanto antes el documento y advirtió de que Moscú no está dispuesto a hacer público el contenido de su memorando.El Gobierno de Ucrania desconfía y ha hecho pública su teoría sobre la estrategia del enemigo. «El temor de los rusos a entregar su memorando a Ucrania sugiere que probablemente esté lleno de ultimátums poco realistas, y tienen miedo de revelar que, en realidad, están retrasando el proceso de paz», declaró el portavoz de Exteriores de Kiev. Prevén, por el momento, pocos avances diplomáticos de cara al encuentro del lunes, 2 de junio, en Estambul.El recelo es compartido por los ciudadanos. «Nadie confía en los rusos. Está muy claro que Putin no quiere terminar la guerra en este momento. El presidente de Rusia quiere controlar toda Ucrania. Desde un punto de vista táctico, sí, ha ocupado el 20% del país. Desde un punto de vista estratégico, ha perdido la guerra», subraya Ugo Poletti , director del periódico digital en inglés 'Odessa Journal'.«Está muy claro que Putin no quiere terminar la guerra en este momento. El presidente de Rusia quiere controlar toda Ucrania» Ugo Poletti PeriodistaPoletti se negó a abandonar Odesa durante los primeros compases de la invasión a gran escala. Se confiesa enamorado de la ciudad y explica que la urbe «vive, sigue trabajando, sigue disfrutando. La gente va todas las noches al teatro… Y tenemos muchas bodas. Yo mismo me casé durante la guerra. Esto quiere decir que, en un momento de gran peligro, la gente necesita disfrutar de cada día. No obstante, sabemos muy bien cuál es la tragedia que tenemos», apunta el periodista. Los bombardeos no son diarios en Odesa, dice Ugo, pero varias veces al mes se registran ataques. «Cada día suenan las alarmas. Esta es una presión psicológica muy fuerte. Nosotros vivimos bajo un gran estrés, aunque muchas veces no nos damos cuenta de ello», reflexiona el italiano mientras apura su café expreso. Las primeras conversaciones directas entre Kiev y Moscú desde 2022 no apaciguaron los ataques rusos contra Ucrania. La intensidad de la escalada ha disminuido en los últimos días sin cesar del todo los bombardeos. La noche del miércoles, las tropas del Kremlin lanzaron un total de 90 vehículos aéreos no tripulados, según informó la Fuerza Aérea. Los defensores ucranianos lograron abatir 56 aparatos, aseguran. En paralelo a los esfuerzos de paz, Rusia ejecutó la pasada semana tres ataques masivos consecutivos lanzando casi un millar de drones en total. Aunque el principal objetivo fue Kiev, Odesa también fue castigada. Los cohetes rusos atacaron con dos misiles balísticos el 23 de mayo el puerto de la ciudad, el principal que conserva Ucrania bajo su control. Dos trabajadores murieron y otros cuatro resultaron heridos. «Era un día laboral normal en un puerto ucraniano normal», manifestó entonces el Ministro de Infraestructura, Oleksii Kuleba.