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Grecia y la UE aplican el acuerdo con Turquía para atajar a los refugiados

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Crédito: 8323

Grecia empezó a registrar hoy a todo migrante irregular llegado a sus islas desde suelo turco con vistas a su posible deportación, al entrar en vigor un polémico pacto de devolución de migrantes entre la Unión Europea (UE) y Turquía que busca atajar la peor crisis de refugiados en 70 años.

 

Antes de las 0:00 hora local de hoy, cuando se cumplió el plazo y Grecia cerró su frontera marítima, unas 1.500 personas aprovecharon las últimas horas de puertas abiertas a Europa y cruzaron a las islas griegas del Egeo el viernes, el doble que el día anterior, según cifras oficiales.

 

Sin embargo, los números deberían entenderse como mínimos, ya que el gobierno informó hoy que otros 875 migrantes o refugiados hicieron lo propio en las "últimas 24 horas", aunque no especificó cuántos antes y cuántos después de comenzar a aplicarse el acuerdo de devolución.

 

Entre quienes no lograron hacerlo figuraron cuatro personas, entre ellas una nena de un año y otra de dos, que fallecieron junto a dos adultos durante la corta pero peligrosa travesía por el Egeo, informó la Guardia Costera griega.

 

Las niñas cayeron al mar desde un bote y dos hombres de 36 y 39 años llegaron muertos en el barco en que venían, agregó la misma fuente.

 

Todo inmigrante arribado a las islas griegas a partir de hoy será devuelto directamente a Turquía si no tiene derecho a asilo, si no lo solicita o si el pedido es "inadmisible" porque debió haberlo hecho en Turquía, país al que la UE declaró como "seguro", en otra decisión controvertida.

 

Esto es un giro de 180 grados para Grecia, que desde el inicio de la crisis de refugiados, el año pasado, no registraba a los refugiados porque estos no lo pedían y porque la normativa europea permite que le sean devueltos si lo solicitan en otro país del bloque al que llegan desde Grecia.

 

Turquía recibirá 6.000 millones de euros de la UE para frenar a los migrantes que quieren zarpar hacia Grecia y para asistir a los devueltos y a los 2,7 millones que ya alberga en su territorio, en su mayoría sirios escapados de la guerra en su país.

 

Además, por cada sirio que sea devuelto a territorio turco desde las islas griega, otro sirio será admitido en la UE, para asegurar que Turquía no siga sumando a su larga lista de refugiados.

 

Las autoridades de la UE han asegurado que el plan busca disuadir a los migrantes a realizar el riesgoso viaje por mar y combatir a las mafias de traficantes de personas que lucran con su traslado, e insisten en que cumple con las leyes de asilo internacionales y europeas.

 

Sin embargo, el pacto ha sido duramente criticado por organizaciones de derechos humanos o de ayuda humanitaria como un "golpe mortal" al derecho de asilo y por considerar que viola las leyes internacionales y europeas que obligan a los Estados a recibir a quienes huyen de las guerras.

 

Los críticos dicen que se trata de una crisis de refugiados y no de migrantes económicos y cuestionan la decisión de haber declarado "seguro" a un país como Turquía, miles cuyos ciudadanos han recibido asilo en países europeos en los últimos años.

 

A partir de la pasada medianoche, hay oficiales turcos en las islas griegas y oficiales griegos en Turquía para asegurar el cumplimiento de lo pactado, informó la agencia de noticias EFE.

 

Cientos de expertos legales y en seguridad -2.300 según el primer ministro griego, Alexi Tsipras- arribarán a Grecia en las próximas horas para ayudar con la tarea de implementar el acuerdo, descripta como "hercúlea" por el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker.

 

Turquía dijo que el acuerdo no se aplicará a quienes ya estaban en Grecia, donde hay unos 48.000 migrantes o refugiados atrapados desde hace un mes luego de que vieran clausurada la ruta clave de los Balcanes cuando países de la región imitaron a Austria y les cerraron sus fronteras.

 

El acuerdo no resuelve por ahora el destino de estos miles de personas, 10.000 de las cuales se hacinan en el campamento de la norteña localidad de Idomeni.

 

Las autoridades griegas dicen que intentarán convencerlas de trasladarse a otros campos a la espera de poner en marcha otro plan que los países de la UE aprobaron entre ellos el año pasado para repartirse en sus territorios a 160.000 migrantes llegados a Grecia e Italia.

 

Sin embargo, hasta ahora los estados del bloque aceptaron poco más de 700, y Juncker, volvió a insistir tras la firma del acuerdo UE-Turquía que las reubicaciones deben alcanzar las 6.000 mensuales y conminó a los países miembros a mostrar "solidaridad".

 

En la localidad limítrofe de Idomeni, Abdelatif, ingeniero procedente de Alepo, en Siria, dijo a la agencia de noticias EFE que no quiere ser reubicado dentro de Grecia, y que no tiene más opciones que cruzar la frontera hacia Macedonia, para seguir su camino hacia el ansiado norte de Europa.

 

"Envié a mi familia a Düsseldorf, en Alemania, y ahora quiero reunirme con ellos", señaló con tristeza Abdelatif, que tiene cuatro hijos, el mayor de 17 años -que empieza a estudiar medicina en Alemania- y el menor de cinco.

 

Todos ellos se trasladaron con su mujer a la ciudad alemana cuando las fronteras estaban abiertas mientras él se quedó en Siria vendiendo sus posesiones para tener un poco de dinero con el que empezar de nuevo.

 

La opinión de Abdelatif es que muchos, entre ellos él mismo, no tienen ya paciencia para seguir el curso legal y explica que "la gente (en Idomeni) cruzará la frontera, ya sea legal o ilegalmente".

 

Más de 150.000 migrantes llegaron a Grecia en lo que va del año cruzando el mar desde Turquía, agravando la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial luego de que más de 1,1 millón de personas hiciera lo propio el año pasado, poniendo en jaque a Europa.

 

La inmensa mayoría de los migrantes no quiere pedir asilo en Grecia sino continuar su marcha hacia países más prósperos del norte europeo, como Alemania o Suecia.

 

Hoy, en la misa de domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa, el papa Francisco comparó a los refugiados con Jesucristo camino a la cruz y fustigó a a los "no quieren asumir" su responsabilidad hacia ellos.

 

El gobierno heleno ha empezado a vaciar los centros de registro de las islas del Egeo, y desde la pasada medianoche la frontera marítima está cerrada a los inmigrantes irregulares que llegan a Grecia desde ese país, en virtud del acuerdo entre Bruselas y Ankara.

 

Después del traslado de 2.500 personas desde Lesbos ayer al puerto septentrional de Kavala, esta mañana zarpó nuevamente un ferry con 1.300 refugiados a bordo con el mismo destino.

 

Esta mañana también llegaron cerca de 1.600 refugiados desde la isla de Quíos a Elefsina, localidad portuaria en la región capitalina de Ática.

 

Los refugiados que todavía quedan en las islas, 7.136 según cifras oficiales, serán transportados a los puertos de Skaramangas, (Ática occidental), Volos (Grecia central) y Kavala (noreste de Grecia), desde donde serán trasladados a instalaciones de acogida en todo el país, facilitadas por el Ejército. Las autoridades tratan de evitar con esto que el puerto ateniense de El Pireo se llene todavía más, pues allí se acumulan ya unas 4.300 personas.

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