El 'bromance' -relación cercana y afectuosa entre dos hombres- entre Elon Musk y Donald Trump se terminó. Era un adiós esperado, un final de capítulo que pretendía ser dulce e indoloro después de un camino tumultoso, pero que sin embargo se ha tornado en un desenlace amargo. La creciente desilusión del magnate con las políticas fiscales del presidente estadounidense ha terminado por provocar su marcha antes de los 130 días como empleado gubernamental especial, periodo que concluía este viernes. La 'ley grande y bonita', que incluye excenciones fiscales multimillonarias y un aumento en el gasto de defensa, fue la gota que colmó el vaso. Musk confesó sentirse «decepcionado» con esta medida (fue aprobada por la Cámara de Representantes por estrecho margen, pero los senadores republicanos muestran preocupación por un posible aumento de la deuda nacional), dijo que iba a socavar el trabajo del equipo del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés), que él mismo lideró: «Creo que un billete puede ser grande o puede ser hermoso, pero no sé si puede ser ambas cosas. Es mi opinión personal», comentó en una entrevista emitida por la cadena CBS. La Oficina Presupuestaria del Congreso predice que el déficit se va a disparar en 3,8 billones de dólares hasta 2034. Durante las últimas semanas existía cierta tensión entre los dos empresarios por la fiscalidad de la Administración de Trump. Poco a poco Musk se fue distanciando de la primera línea política y del cuestionado trabajo frente al DOGE. La caída de más del 71% de los beneficios de Tesla, una de sus empresas insignia, fue la primera señal de que el camino que empredió no era el adecuado llevándole a la decisión de limitar su labor como asesor del Gobierno.El ascenso empresario de Musk: la fascinación de TrumpHay que remontarse tiempo atrás para entender la relación entre Trump y Musk. La campaña electoral republicana fue el punto de unión entre ellos, formaron a una dupla envidiable, se entendían y se apoyaban como dos socios incuestionables que querían lo mejor para un país en declive corrompido.En 2016 Musk no era tan fan de Trump de hecho criticó su candidatura a las presidenciales: «Siento que no es la persona adecuada. No parece tener carácter que refleje bien una imagen de Estados Unidos», afirmó en una entrevista en la CNBC. Su escepticismo no duró mucho porque el mandatario republicano el nombró consejero asesor económico junto a varios altos cargos de Uber, Pepsi e Indra Nooyi para brindar asesoramiento. Un año más tarde, en 2017, Musk anuncia que deja este departamento por la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París: «Me voy del consejo presidencial. El cambio climático es real. Salir de París no es bueno ni para Estados Unidos ni para el mundo», escribió Musk en X, que entonces era Twitter y aún no era propiedad suya.Trump vuelve a intentar rescatar la relación con Musk en 2020 después de describirle como un «genio» comparándole con el inventor Thomas Edison. El republicano se vio maravillado por todos los logros de SpaceX y las acciones de Tesla que se habían disparado alcanzando un máximo histórico. No solo se le daban bien los coches eléctricos, también los cohetes, como explicó el mandatario. No duró mucho esta parte del 'bromance' porque Trump volvió a criticar a Musk calificándole como «otro artista del engaño» por querer comprar Twitter en 2022. El magnate sudafricano le contestó a través de un tuit instándole a que dejara la política: «No odio a ese hombre, pero es hora de que Trump cuelgue el sombrero y navegue hacia el atardecer», escribió. Ese mismo año Twitter suspendió la cuenta del presidente estadounidense, la rescató Musk que se la devolvió no sin antes publicando una encuesta para que los usuarios decidiesen el devenir de la cuenta de Trump. «El pueblo ha hablado. Trump volverá a su cuenta. Vox Populi, Vox Dei», dijo en un tuit.En septiembre de 2023 fue floreciendo aún más la relación porque Musk comenzó a alinearse con las políticas de Trump sobre todo en temas de inmigración. En 2024 a pesar de su acercamiento, el multimillonario dijo que no iba a apoyar públicamente a ningún candidato de las elecciones presidenciales entre Trump y Kamala Harris, pero meses más tarde cambió de parecer y tras el intento de asesinato de Trump en un mitín de campaña en Butler (Pensilvania) acabó por forjar la dupla Musk-Trump.'Make America Great Again'El lema 'Make America Great Again' fue el faro que les iba guiando por la senda. Musk invitó a Trump a una conversación por X en agosto de 2024 en plena campaña electoral, durante ese encuentro virtual el republicano dijo que el magnate iba a formar parte de una comisión centrada en la «eficiencia gubernamental». En octubre del mismo año, el empresario hizo su primera aparición pública con Trump, allí hizo un anuncio de que regalaría un millón de dólares por día a los votante de los estados clave que hayan firmado apoyar la libertad de expresión y el derecho a portar armas. Llevó cinco vehículos de Tesla a la Casa Blanca para fotografiarlos con Trump y reafirmar su compromiso.El día de las elecciones Musk pasó la noche con Trump en el resort de Mar-a-Lago del presidente electo en Florida para ver el resultado de las votaciones y la contundente victoria republicana. Poco después, el nuevo presidente anunció la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental con la misión de reducir el gasto público y simplificar la maquinaria burocrática del Ejecutivo. En sus primeras semanas en funcionamiento despidió a miles de trabajadores y redujo, entre otras, las actividades de ayuda exterior del Gobierno de Estados Unidos. Musk era durante los primeros días de Trump una sombra, allá donde fuese el presidente le seguía el empresario, sobre todo en el Despacho Oval donde se llevó a su hijo pequeño.