
Monseñor Adolfo Canecin, animó a la comunidad a seguir adelante para continuar apostando siempre por la vida. Recordó las expresiones del Papa Francisco al concluir su reflexión previa al rezo de la oración mariana del Ángelus. El Santo Padre reflexionó sobre el misterio de la vida, la misión de los padres e invitó a confiar ante el misterio de Dios.
El Papa habló de la lógica de Dios, que “no depende” de la nuestra, ni tampoco de nuestra “limitada capacidad humana”.
Francisco evidenció la misión de los padres quienes, dijo, en la generación de un hijo, “actúan como colaboradores de Dios”, y elevó su plegaria al cielo, pidiendo a la Santísima Virgen que “nos ayude a comprender que en cada persona humana está la huella de Dios, fuente de vida”.
“Una misión verdaderamente sublime que hace de cada familia un santuario de vida y que despierta- el nacimiento de cada hijo- la alegría, el estupor y la gratitud”, concluyó.