
Ayer por la noche, un equipo especializado en trenes a vapor del Instituto Argentino de Ferrocarriles ultimaba los detalles de un presupuesto tentativo de lo que costaría restaurar y volver a poner en marcha las locomotoras del llamado “trencito económico”.
La evaluación, que será presentada en sociedad en Santa Ana en el transcurso de las próximas semanas, forma parte de un proyecto impulsado desde el ámbito privado por la empresaria Susana Ávalos con el respaldo del Instituto de Cultura y el Ministerio de Turismo de Corrientes.
Aunque se estima que será oneroso, quienes fomentan la iniciativa aseguran que “volver a poner en marcha el trencito podrá generar un fuerte impacto económico y desarrollo a Santa Ana y al resto de la provincia”, sostuvo Ávalos en diálogo con época.
Se trata de la segunda vez que los miembros del Instituto de Ferrocarriles realiza una inspección a la maquinaria.
En esta oportunidad se espera un informe que profundice en los detalles técnicos que formarán parte de la propuesta de restauración del tren.
“Se trata de técnicos con vasta experiencia, que trabajaron, entre otros proyectos, en la restauración de locomotoras de vapor, como por ejemplo la célebre Trochita de la provincia de Río Negro y Chubut, o las grandes locomotoras de vapor de Río Turbio”, destacó Ávalos.
“En el país ya se reconstruyeron todos los trenes de la misma época del económico y han aportado un gran crecimiento en sus regiones”, sostuvo.
“Ahora el trencito ‘duerme’ a la intemperie, podría terminar de deteriorarse en unos cinco años. Pero la maquinaria es recuperable, estamos a tiempo”, expresó.
Una vez que finalice el informe de los técnicos surgido de la última visita y una inspección que demandó un día entero de trabajo - y consistió en la revisión de cada pieza de la maquinaria - se podrá continuar “con la tercera etapa del proyecto”, anticipó la impulsora de la iniciativa.
“Cuando pueda conseguirse el financiamiento, la reconstrucción será realizada con trabajadores de la localidad: mecánicos, herreros, torneros y carpinteros que tendrán una capacitación específica”, indicó además.
La primera línea, el Ferrocarril Primer Correntino, operó entre 1892 y 1904, cuando parte de sus vías fueron levantadas y otra continuó operando como un ferrocarril industrial del Ingenio Primer Correntino. La segunda línea, la Compañía General de Ferrocarriles Económicos de la Provincia de Corrientes, incorporó parte de la línea anterior y operó entre 1912 y 1927.
El 1 de noviembre de 1969 cesó sus operaciones y algunos años después fueron levantadas sus vías férreas. La red de vías se extendió por los departamentos Capital, San Luis del Palmar, San Cosme, Mburucuyá y General Paz.
La distancia entre Corrientes y Mburucuyá demoraba 26 horas de viaje, a una velocidad media de 7 kilómetros por hora.