
El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Ramon Canecin, exhortó a tomar en serio la Cuaresma, a adoptar actitudes que vayan más allá de la abstinencia de la carne y que se traduzcan en “salir al encuentro del otro”. El obispo se refirió también los datos de la UCA sobre la situación de la Argentina, estos datos son “confiables, eso es alarmante”. Hizo un llamado a “salir al encuentro del hermano que no puede parar la olla”.
El obispo Adolfo Canecin en su reflexión de cuaresma hizo un enérgico llamado a la feligresía diocesana a “tomar en serio la cuaresma”.
Monseñor Adolfo Canecin dijo que la Cuaresma, empezó el miércoles de Ceniza guiados “por la palabra de Dios y el mensaje del Papa”.
“El Papa nos ha regalado un lindo mensaje con un contenido muy profundo: la palabra es un don, el otro, el hermano es un don. Qué lindo que podamos conseguir el mensaje del Papa, que podamos leerlo, meditarlo a lo largo de la Cuaresma. La Cuaresma tiene un trasfondo bíblico donde vemos que 40 días fueron los del Diluvio; 40 días estuvo Moisés en la montaña santa; 40 años estuvo el pueblo de Dios en el desierto. Jesús oró y ayunó durante 40 días, fue tentado y venció la tentación, ese es el trasfondo del tiempo bíblico de la Cuaresma y desde el miércoles de Ceniza estamos en plena Cuaresma que es un tiempo pedagógico, litúrgico que nos prepara y nos dispone para vivir de una manera más profunda el misterio central de la fé cristiana: la pasión, la muerte, la resurrección y glorificación de Jesús, la vivencia del misterio es posible si tomamos en serio la Cuaresma”.
“Quiero invitar a todos a que tomemos en serio la Cuaresma, y lo que nos ayuda a tomar en serio la Cuaresma es lo que la Iglesia enseña: la oración, que vivamos con mayor profundidad, con más tiempo la oración, centrada en la palabra de Dios que no pasa”, reitero el prelado que se apresta a cumplir su segundo aniversario episcopal el próximo 25 de marzo.
LA POBREZA
“Por lo tanto, hagamos mucha oración personal, conyugal, comunitariamente, partiendo de la palabra de Dios, por eso el mensaje del Papa: la palabra es un don, si la vivimos nos remite al hermano, el otro es un don, ahí viene la segunda actitud que es el ayuno conversión, el ayuno que no es privarme de cosas materiales pero eso de lo que me privo debe traducirse en solidaridad, en generosidad para salir al encuentro de mi hermano, el otro es un don, que el ayuno lleve a la conversión, que se traduzca en una actitud diferente hacia el hermano, superando la indiferencia en todos los órdenes y la tercera actitud es la limosna, la caridad , frente a una situación de extrema pobreza, los datos de la UCA hablaban de la situación de la Argentina, estos datos son confiables, eso es alarmante, en nuestra patria nos urge que si oramos en serio y ayunamos en serio nuestra vida debe abrirse en una actitud de limosna, caridad que no es dar lo que me sobra, lo que no necesito, limosna que es dar hasta que duela, darme a mi mismo, que es saber compartir, que es hacer al otro lo que me gustaría que me hagan, a mí me gustaría tener todos los días alimento en la mesa y hay muchos hermanos que no lo están teniendo, limosna que a mí me gustaría estar fresquito en estos días de calor y todo hermano tiene derecho a un buen sistema de ventilación, refrigeración para descansar bien a la noche y siesta, por lo tanto la oración, el ayuno, la conversión debe abrirme del alma y el corazón en una actitud de caridad y la caridad es el mandamiento supremo: “amen a los demás como yo los he amado”, es la manera en que tenemos que vivir esta Cuaresma en la cual estamos embarcados”, dijo.
AYUNO
Al referirse al ayuno cuaresmal, remarco que: “Esas normas de la iglesia que durante mucho tiempo se tuvo y siguen vigentes se tradujeron en cultura, que para mucha gente la Cuaresma es abstinencia de carne, en hacer el chipa o la sopa paraguaya, para muchos se tradujo solo en eso” y aclaró “eso en si no está mal”, pero hay que seguir haciéndolo “toda esa abstinencia en los alimentos tiene que llevarme a la conversión en el corazón, ¿y cuándo me abro a Dios?.
MENSAJE DEL PAPA
El obispo goyano dijo que “el termómetro de mi apertura a Dios es mi hermano, el otro es un don”.
El Papa toma la parábola del hombre rico y de Lázaro, esa riqueza “lo volvió autista al rico, lo cegó y no descubrió que en su puerta estaba el pobre Lázaro. Ambos mueren y salen de este mundo, el resultado es que el rico, primero, no tiene nombre mientras que el pobre Lázaro lo tiene. Es un detalle bíblico muy fuerte. A veces abrimos brechas profundas fruto de la desigualdad, la corrupción, la indiferencia, esta Cuaresma tiene que llevarnos a convertir el corazón para achica las brechas sociales. Estos son inventos producto del pecado, de la ideología que impera en este momento, del consumismo a ultranza, todo esto tenemos que ver cómo salir al encuentro, de ese modo será la caridad concreta, el año pasado lo meditamos con la obras de misericordia…“Lo que hiciste con el más pobre conmigo lo hiciste”. La cuaresma tiene que llevarme al hermano.
“Jesús remite al prójimo, al hermano, la religión cristiana para ser autentica pasa por el hermano concreto, no puedo amar a Dios si no amo al hermano concreto, este hermano que no puede parar la olla, que tengo que salir al encuentro, eso yo lo aplico a mí mismo, esta va a ser la auténtica Cuaresma y esto va a desembocar en la Pascua, la resurrección será una nueva relación más sana, más humana, cercana, superando las desigualdades, estas brechas enormes entre algunos que tienen demasiado y muchos que cada vez tiene menos, por aquí tiene que ir la Cuaresma para que llegue la Pascua”.