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Sociedad Videojuegos: cuándo su uso se vuelve una adicción

a adicción a los videojuegos fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un desorden mental tras incluirla dentro de su última clasificación de enfermedades. Ahora bien, ¿cuándo se considera que una persona es adicta a este tipo de entretenimiento? Según la entidad, el trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego persistente o recurrente, que puede ser tanto en línea como por fuera de la web. Además, se manifiesta por el deterioro en el control sobre el juego, el aumento de su prioridad sobre el resto de las actividades de la vida diaria y la continuación o intensificación del comportamiento a pesar de sus consecuencias negativas.

“Los videojuegos de por sí son valiosos, porque estimulan el desarrollo psicomotriz y contribuyen al entretenimiento. En general, generan un desafío a elaborar tácticas, a estimular conductas de grupo y a relacionarse con otros. El problema se da cuando aparece una adicción”, explicó Diana Litvinoff, psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual (Letra Viva).

“La adicción aparece cuando se usa el videojuego para tapar cualquier momento de angustia u otra situación problemática. Aparece una sensación de falta y soledad cuando no se está jugando y se necesita otra vez la inmersión en la realidad virtual para alejarse de la otra realidad que resulta difícil de enfrentar”, dijo Litvinoff. Y agregó: “Alguien cae en esta adicción cuando su energía se ve absorbida por su actividad, cuando descuida el estudio, el trabajo, los vínculos sociales y familiares, y pasa a depender del videojuego: en lugar de controlarlo, el videojuego lo controla a él”.

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Para Harry Campos Cervera, médico psiquiatra y psicoanalista especialista en adicciones, “como toda adicción, hay una pérdida de la libertad, en este caso, frente a un videojuego”. Según el experto, significa que una persona siente una compulsión por jugar y una imposibilidad de dejar la actividad: “No pasa nada por jugar unas horas, el problema se da cuando empieza a afectar a la persona. Es necesario que perdure en el tiempo y empiece a producir trastornos en la vida cotidiana: altera las relaciones sociales y familiares, la escolaridad, los vínculos y el trabajo”.

"Alguien cae en esta adicción cuando su energía se ve absorbida por su actividad, cuando descuida el estudio, el trabajo, los vínculos sociales y familiares y pasa a depender del videojuego"

Diana Litvinoff, psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina

Según Litvinoff, hay personas que tiene predisposición a las adicciones: “Son aquellas a las que les cuesta esperar, tolerar la frustración cuando algo resulta difícil. Necesitan una satisfacción rápida e inmediata, porque sino sienten que no van a poder tolerar la angustia”. En este sentido, Campos Cervera dijo que quienes llegan a la adicción “suelen ser personas retraídas con poca vida social que canalizan, a través de estos videojuegos, las deficiencias de la personalidad y vuelven a ser reconocidos a partir de sus logros del juego”. El especialista explicó que, en condiciones extremas, “pueden producir altos grados de aislamiento, en aquellos que pasan meses sin salir de su habitación”. Para él, “los videojuegos estimulan los centros de recompensa y están diseñados para ser adictivos”.

Alberto Álvarez es psicoanalista y psiquiatra miembro titular de APA y miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA). “El videojuego en sí no es adictivo. Lo que es potencialmente adictivo es el uso y la relación que se establece con el. Puede ser algo entretenido, divertido, lúdico, pero puede dejar de serlo y transformarse en otra cosa”, explicó a LA NACION. “Puede ser una forma de aislamiento: se pierden las relaciones familiares y sociales y se van dejando de lado actividades fundamentales para la vida y el desarrollo social de cada uno. Cambia el rendimiento escolar o laboral y las relaciones se deterioran”, agregó.

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