Opinión del Lector

Llego el día de liberación. Perdona

“Perdonar es sanar, reconforta el corazón”

El acto de perdonar no es un sentimiento, sino que es una decisión; como aquella que seguramente alguna vez tomaste por tu propio bienestar, por ejemplo – “A partir de ahora comienzo una vida con hábitos y rutinas más saludables y nutritivas.”

El perdón es la decisión de poner punto final a una deuda de dolor, a una culpa, a un enojo originado en al pasado y que ocasionan eterno sufrimiento en el presente, envenenando nuestra memoria y robándonos la alegría, la paz.

¿Quiénes necesitan ser perdonados, a quienes debemos liberar de esa prisión interior por cómo sucedieron los hechos que encarcelan en un constante malestar? Puede que nuestro rehén seamos nosotros mismos, o que el malhechor sean otras personas con esas circunstancias que causaron una importante y profunda huella de dolor.

Elegir sanar, dejar atrás el pasado, para trascenderte, hoy está en tus manos, decidir qué vas hacer con eso que sucedió y que sigue doliendo.

Sabías que para que el metal sea noble y fuerte debe pasar por un proceso de purificación, sometiéndose a un fuego intenso que quema y transforma, allí el mismo se limpia de todo tipo de impurezas; lo mismo sucede con nosotros cuando nos damos permiso para sanar, debemos pasar procesos intensos de limpiezas, de dejar ir, de agradecer y re significaciones.

Cuando aceptamos las cosas como sucedieron, “con sus a pesar de”, y con nuevos ojos y con una nueva mirada podemos encontrar lo bueno de lo malo, lo perfecto de lo imperfecto, lo lindo de do feo, lo que suma de lo que resta, es a partir de allí cuando nuestra actitud comienza a cambiar y la vida comienza a acercar cosas positivas.

Es a partir de allí que comenzamos a dar pasos diferentes, confiando y creyendo que lo que sucede conviene, que todo tiene una buena razón, que cada cosa tiene su tiempo bajo el sol, que nada es para siempre y que todo pasa y que todo llega, que somos merecedores de una vida de abundancia, prosperidad, superación, alegría.

Por eso ya no es útil estar aferrado a esas experiencias, vivencias dolorosas del ayer presentes hoy, ya lloraste o las hablaste demasiado, déjalas atrás, despójate de ellas, encuéntrales el sentido.

Nos hacemos fuertes, crecemos y fortalecemos como personas, atravesando y superando adversidades, el hecho de quedar atrapados, resintiendo una y otra vez por lo vivido nos roba la vida que tenemos por delante.

¿Pensaste alguna vez que llego tu momento de darle la bienvenida a algo mejor y que todo lo que necesitas se te está acercando? Y ¿Cómo podrías darte cuenta o registrar esto, si tus ojos están empañados de tanto llorar, lamentar y tu foco está en el pasado?

Lidérate y reescribe tu historia. DINAMICA

1-Te invito a tomar una hoja de papel en blanco y dividir por la mitad de manera vertical.

2-En el margen izquierdo, enumera, escribe y menciona a modo de oración, uno a uno, esa situación y vivencia que te causó ese dolor puntual que hoy necesita perdón; ponle título, nombre y apellido.

3- Con cada dolor enumerado, haz un viaje con cada uno de ellos, no dejes afuera ninguna experiencia. Conecta y viaja a ese momento, revívelo y siente fenomenológicamente, quédate allí por unos instantes, respira profundamente, intenta identificar cada uno de los detalles del suceso, deja que tus emociones se expresen, no las reprimas, mira, reconoce, siente.

4- El margen derecho es el momento de decisiones, empoderamiento y libertad interior; tu tarea consiste en que puedas descubrir en cada oración escrita enumerada, en esos hechos de sufrimiento, “EL APRENDIZAJE de VALOR, alguna virtud, talento, habilidad, que te dejo esa vivencia; esto representarían los trofeos conquistados con sus huellas y marcas, pero que al mirarlos de frente y sentirlos ya no dolerán, porque en el proceso talvez haz encatrado la riqueza y enseñanza de ellos.


5-Por ejemplo, si una de tus oraciones fue que te han engañado, traicionado la confianza, o te han mentido, comprueba si tu aprendizaje de valor o habilidad adquirida en medio del -a pesar de-, convertirte en una persona precavida, prudente, circunspecta, verificando o validando la veracidad de lo dicho por otros.

De modo que cuando cambiamos la manera de mirar las cosas, las cosas cambian de manera, y donde antes dolía, podemos mirar o recordar, sin dolor y con aceptación, porque hemos podido hallar la bendición en la aparente maldición.

La vida es ahora. Camina mirando para adelante y no para atrás, porque te perderás posibilidades de felicidad y abundancia.

Te mando un beso inmenso TG.
Biodecodificación – Coaching Sistémico – Counselor -LogoTerapeuta- Análisis Existencial-Programación Neuro Lingüística PNL- Speaker.
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Autor: Tona Galvaliz

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