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El policía apuñalado por su cuñado sigue en estado reservado

Crédito: 115001

El suboficial de la Policía de Corrientes Ramón Duarte (34) continuaba ayer internado en estado reservado. Resultó herido de tres puñaladas en un hecho que es investigado. El agresor está preso. El incidente se registró el viernes 1, cerca de las 10, en una casa situada en Uruguay al 300.



Fuentes policiales indicaron que Duarte, con prestación de servicios en el destacamento Colonia Carlos Pellegrini, se hallaba de franco en su vivienda, cuando llegó Ricardo Lecce y, por motivos que se tratan de determinar, comenzó a atacarlo con un cuchillo.

 

Un vecino escuchó los gritos del policía y advirtió que Lecce salía de la vivienda empuñando un cuchillo. El hombre no vive cerca del lugar y tendría algún parentesco con el cabo.

 

El agente recibió un puntazo en la cabeza, otro en un hombro y en la espalda. Esa sería la herida más grave por su profundidad. Momentos después, llegó la policía y una ambulancia que trasladó a Duarte al hospital San José, donde fue sometido a una intervención quirúrgica y luego quedó internado en terapia intensiva. Perdió mucha sangre. Los efectivos, con supervisión judicial, realizaron un operativo a pocas cuadras de la casa de Duarte, donde detuvieron al agresor.

 

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El efectivo estaba en su día de franco. Un vecino escuchó gritos, cruzó la calle y observó al atacante lanzarle una serie de puntazos a la víctima. “Lo quería matar”, dijo el testigo. Después de ello, el delincuente escapó corriendo. Lo detuvieron en un operativo cerrojo.



Un efec­ti­vo de la Po­li­cía de Co­rrien­tes re­sul­tó he­ri­do de tres pu­ña­la­das al ser ata­ca­do, en su vi­vien­da de la ciu­dad de Pa­so de los Li­bres, por un de­lin­cuen­te quien es­ca­pó co­rrien­do y ho­ras más tar­de fi­na­li­zó de­te­ni­do.



El ca­bo Ra­món Fran­cis­co Duar­te, de 34 años, per­ma­ne­ce in­ter­na­do en es­ta­do de sa­lud gra­ve. Pre­sen­ta le­sio­nes en la ca­be­za, el hom­bro y la es­pal­da.



De acuer­do a in­for­ma­ción co­no­ci­da por épo­ca, el pre­sun­to au­tor del in­ten­to de ho­mi­ci­dio es un jo­ven de 20 años, iden­ti­fi­ca­do co­mo Ri­car­do Le­an­dro Lec­ce, de alias “Gor­do” y “Ri­chard”, a quien apre­sa­ron en me­dio de un ope­ra­ti­vo ce­rro­jo a unas tres cua­dras. Lo ro­de­a­ron en su do­mi­ci­lio y no tu­vo otra op­ción más que en­tre­gar­se. En nin­gún mo­men­to opu­so re­sis­ten­cia.



El in­ci­den­te se pro­du­jo el vier­nes a la ma­ña­na. A eso de las 10:30, Duar­te se en­con­tra­ba en el in­te­rior de su ca­sa de ca­lle Uru­guay al 300.



Ese dí­a, el fun­cio­na­rio que tra­ba­ja en un des­ta­ca­men­to de Co­lo­nia Car­los Pe­lle­gri­ni dis­fru­ta­ba de una jor­na­da de des­can­so.



Un ve­ci­no de la cua­dra y ami­go del po­li­cía brin­dó a los in­ves­ti­ga­do­res una se­rie de da­tos im­por­tan­tes. Ma­ni­fes­tó que ra­to an­tes del he­cho de san­gre in­ter­cam­bió al­gu­nas pa­la­bras con él, des­de la ve­re­da de su do­mi­ci­lio y, ape­nas un par de mi­nu­tos des­pués, es­cu­chó gri­tos.

 

Se­gún ma­ni­fes­tó ese hom­bre, al sa­lir a la ca­lle y ca­mi­nar has­ta el fren­te de la vi­vien­da del ca­bo ob­ser­vó que és­te, aden­tro del in­mue­ble, era ata­ca­do a pu­ña­la­das por par­te de otro hom­bre, mu­ni­do de un cu­chi­llo ti­po car­ni­ce­ro. “¿Por qué me hin­cas­te, por qué me hin­cas?”, ha­bría di­cho el su­bo­fi­cial a su agre­sor.



Sin nin­gu­na po­si­bi­li­dad de de­fen­sa, el efec­ti­vo que­dó arrin­co­na­do con­tra una pa­red y co­lo­ca­ba sus bra­zos ha­cia ade­lan­te. En ese mo­men­to, el ve­ci­no co­rrió en su ayu­da, le gri­tó al ata­can­te e in­clu­so le arro­jó una pie­dra.



A esa al­tu­ra de los he­chos, otras per­so­nas de la cua­dra co­men­za­ron a lla­mar te­le­fó­ni­ca­men­te a los ser­vi­cios de emer­gen­cias -­101 y 107-­ pa­ra pe­dir ayu­da a la Po­li­cía y la lle­ga­da de una am­bu­lan­cia.

El ata­can­te sa­lió de la ca­sa a la ca­rre­ra. Con­si­go lle­va­ba un cu­chi­llo con la ho­ja to­tal­men­te en­san­gren­ta­da.



Aden­tro del do­mi­ci­lio, en tan­to, la víc­ti­ma pre­sen­ta­ba un cua­dro gra­ve. Ma­na­ba mu­cha san­gre y pe­día que lo au­xi­lien.



Al ra­to lle­ga­ron efec­ti­vos de la co­mi­sa­ría sec­cio­nal Pri­me­ra y de­bi­do a la de­mo­ra de la am­bu­lan­cia lle­va­ron a su ca­ma­ra­da al hos­pi­tal en el mó­vil po­li­cial.



El ca­bo in­gre­só al área de te­ra­pia in­ten­si­va. De las le­sio­nes la que su­frió por la es­pal­da, a la al­tu­ra del co­ra­zón, era la más gra­ve de­bi­do al ta­ma­ño de la ho­ja del cu­chi­llo. Su es­ta­do de sa­lud es re­ser­va­do.

Has­ta ayer no exis­tí­an pre­ci­sio­nes acer­ca del mo­ti­vo de la agre­sión. Tan­to Lec­ce co­mo Duar­te vi­ven en igual ba­rrio.



“Que yo se­pa no son ami­gos. Lo que­ría ma­tar”, di­jo el ve­ci­no que vio el in­ten­to de ase­si­na­to.

 

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