Tras el robo de armamento de una comisaría en la comuna de Perugorría, la epidermis policial se irritó mucho más de lo que estaba. Enojo con los mandos, reclamos por falta de entrega de uniformes desde hace 4 años y material rodante (automóviles, motocicletas) obsoletos. Se especula con cambios en la cúpula de la fuerza que está mal vista después de allanamientos federales en la sede de la División Metropolitana.
¿Ladrones comunes entrarían a robar armamento a una comisaría? La pregunta es retórica por la respuesta. No o al menos muy difícil. Del robo de dos metralletas de la comisaría de Perugorría el pasado 6 de septiembre, no se sabe nada.
Ni de los osados atracadores ni del armamento que en cualquier otra comunidad sería un escándalo. Además del hazme reír de otras fuerzas de seguridad. Robar armas a policías en sus narices sería el sueño erótico de cualquier integrante del mundo delictivo.
Este episodio generó fuertes críticas dentro de la policía correntina que vine mal desde hace tiempo en su vida interna. El 14 de agosto, un día después de la elección Primaria en todo el país, efectivos de la Policía Federal irrumpieron en la sede de la División Metropolitana. Fueron directamente a la oficina del comisario jefe de esa dependencia. Entre varios elementos se llevaron una agenda y el procedimiento fue ordenado por el Juez Federal Nº 2 de Corrientes en el marco de una investigación a una banda narco criminal en la provincia.
Queja y reclamos
Desde ocurridos los episodios mencionados hay malestar en las filas internas policiales correntinas. Quejas de que no se les entregan uniformes desde hace cuatro años. "Hubo roces porque en las prácticas de desfile nos piden que vayamos con uniformes presentables. Pero no nos dan. Y lo peor es que después en los estados de WhatsApp de los jefes ofertando borcegos y uniformes", contó indignado un suboficial con prestación de servicio en una comisaría capitalina.
Mal estado de patrullas y motocicletas, no tienen chalecos blindados y mal estado de las comisarías donde a veces hasta no tienen ni siquiera agua potable, ni lugares para descansar.
Pero también hay molestia con los mandos de la fuerza. Por ejemplo, con el reemplazo interino en la División Metropolitana. Que es la que se encarga de toda la seguridad en la capital provincial.
Con todo este mar de fondo crecen los rumores de cambios en las cúpulas policiales. Además, del crecimiento de la inseguridad en toda la provincia y el constante reclamo de más trabajo policial por parte de la ciudadanía.
