Un hombre fue detenido este jueves en Caseros tras haber golpeado salvajemente a otro dejándolo sin visión en un ojo. El conflicto habría comenzado a raíz de una discusión en el grupo de WhatsApp de padres de un colegio. La víctima trató de “luchona” a la hija del agresor quien lo atacó a golpes de puño.
El hecho ocurrió en la entrada del Instituto Evangélico Americano situado en la calle Belgrano al 4700, de la localidad de Caseros, en el partido Tres de Febrero. El hombre resultó gravemente lesionado en su ojo izquierdo y fue derivado a la Clínica Trinidad de Ramos Mejía, donde constataron que había perdido la visión.
Los testigos filmaron la situación y en el video se puede ver cómo los hombres empiezan a discutir y luego se trenzan en una pelea feroz. Los oficiales de policía que estaban cerca acudieron inmediatamente para ponerle fin al violento suceso, pero no pudieron evitar que la víctima terminara perdiendo la visión de un ojo.
Según trascendió, todo habría comenzado en una discusión de un grupo de WhatsApp de madres del instituto. Luego, la víctima, Esteban Bieiaszewzki, comerciante de 46 años, trató de “luchona” a la hija de Alberto Morea, kioskero de 52 años. Este término fue el disparador de la pelea y de la furia del agresor.
Tomaron parte en la detención, personal de la Policía Federal Argentina (PFA) y el Grupo Táctico Operativo (GTO) de la Comisaría 1ra de Caseros. En la causa que quedó caratulada como “lesiones graves y aprehensión” tomó intervención la Unidad Fiscal de Investigación 01 de San Martín.
No es la primera vez que los padres de chicos de un colegio se pelean a las piñas. Un caso que llegó a TN y la Gente y tuvo mucha repercusión es el de una pelea durante un acto por el 25 de mayo. En aquel caso dos mujeres se empezaron a golpear y luego todo se transformó en un tumulto incontenible. Algunos hombres habían intervenido para separar a quienes se estaban pegando, pero llegaron más personas que se sumaron a la golpiza, con palos incluidos.
En ese video conmovió ver a los chiquitos correr para protegerse. Entre los gritos de los adultos violentos, se escuchan los llantos. Eran alumnos de primaria, de entre 6 y 12 años, que más allá del miedo que tenían tuvieron el instinto de protegerse entre ellos. Un nene agarra a otra nena para salir corriendo y otros dos chicos agarran un cochecito para alejarlo del lugar.
