La comunidad de la capilla que se encuentra ubicada por calle General Paz, está indignada por estos hechos, por lo que se instalaron cámaras de video y cuenta ahora con seguridad privada.
En diálogo con El Libertador, el padre Antonio Ocaña comentó que, “los delincuentes fueron los mismos. En el primer robo se llevaron, micrófonos, cables, el mezclador de sonido, un reflector que iluminaba al Portal de Belén y otros elementos imprescindibles para las celebraciones eucarísticas. La siguiente vez lograron llevarse el amplificador de sonido cuyo costo ronda los 20 mil pesos”.
No contentos con ello, se presume que, los malhechores forzaron la puerta del Sagrario, para alzarse con el cáliz, ya que ahora no se puede abrir.
“Tal vez buscaban llevarse las copas, pero estas no son de valor, las de antes eran de plata pero por seguridad, precisamente fueron cambiadas”, dijo el sacerdote que hace cuatro años atiende dicha comunidad.
Para finalizar el pastor señaló que, si bien pudieron reponer algunos de los elementos sustraídos con el aporte de los feligreses, lamenta que “haya gente que se beneficia de este tipo de delitos, que adquieren los elementos robados para luego revenderlos obteniendo una ganancia mayor. Pedimos oración y el arrepentimiento de los ladrones y que no haya más reducidores que se beneficien del accionar delictivo”.
