
La investigación por el aberrante abuso sexual contra el jovencito pareciera no avanzar pese a la indagatoria de los conocidos de la zona. Entretanto, anunciaron para el lunes una movilización para exigir que se haga justicia.
En los habitantes de Perugorría sigue a flor de piel la enigmática y aberrante violación de un chico de 13 años ocurrida el pasado domingo 18 de agosto en la zona conocida como barrio La Tablita.
Fuentes policiales confirmaron ayer que los investigadores tomaron declaración indagatoria a vecinos del lugar a fin de obtener algún indicio que les pueda facilitar el hallazgo de el o los violadores del menor.
El caso se presenta con características muy particulares, ya que el lugar donde sucedió es un paraje en que los pobladores, o son parientes entre sí, o se conocen entre todos, revelaron a El Litoral altas fuentes con acceso al expediente judicial que está en marcha.
“Nos encontramos en la encrucijada de que nadie pareciera haber visto ni escuchado nada. Es rarísimo, porque el chico fue abusado sexualmente y alguien tuvo que haber sido”, plantearon.
Tal como se informó oportunamente desde este diario, la víctima salió de su casa aquel día para visitar a una señora a la cual consideraba su “abuela del corazón”. Llegó al domicilio de la señora y la encontró durmiendo.
Sin embargo, la hija de la mujer estaba lavando ropa y declaró en sede policial haber visto llegar al chico jugando con una pelota. Agregó que después se perdió una hora aproximadamente porque se dirigió hacia una chacra y que al volver ya había sido abusado.
El menor estaba en estado de shock y aseguraba no recordar nada.
Fue llevado de urgencia al hospital Irastorza de Curuzú Cuatiá, donde los médicos confirmaron las lesiones y el abuso con acceso carnal. Casi de inmediato se inició la investigación, que hasta el momento no presenta muchos avances.
Otra pregunta que se hacen los investigadores es si pudo haber sido alguien que llegó repentinamente a la zona, aunque les resulta difícil de creer ya que los pobladores se conocen entre sí y la presencia de un extraño no pasaría desapercibida.
Los pesquisas, en una de las diligencias que llevaron a cabo, recorrieron el lugar donde presuntamente se cometió el hecho y hallaron restos de sangre que fueron levantados para ser examinado por los peritos, quienes determinarán si pertenecen o no a la víctima.
Marcha
Entretanto, la comunidad de Perugorría anunció ayer la convocatoria a una marcha. “El lunes 26 a las 17 nos autoconvocamos para pedir justicia por Carlitos”, reza el escrito que ya circula por redes sociales.
Además, en un cuadro en rojo advierten que “hay un depravado sin escrúpulos suelto en nuestro pueblo. La próxima puede ser cualquiera”.