Los jueces federal hallaron culpables a tres personas del delito de tenencia de estupefacientes para su comercialización.
El Tribunal Oral Criminal en lo Federal de Corrientes condenó a cuatro años de prisión a Sergio Eduardo "El Churrero" Rochetti, a Marcela Lorena Lemos y a Francisco Ignacio Scarano, por tenencia de estupefacientes con fines para la comercialización. La banda operaba en Goya. Además de una multa de 5.000 pesos a cada uno. Los condenados fueron soprendidos en 2017 por efectivos de la Policía Federal.
La setencia fue confirmada a ellitoral.com.ar por los jueces Lucrecia Rojas Badaro, Victor Alonso y Fermin Ceroleni. Las actuaciones se iniciaron a raíz de una denuncia y la subdelegación de la Policía Federal de Goya Corrientes, realizaron tareas de inteligencia e investigativas. El día 7 de diciembre de 2017, se allanó el domicilio ubicado en calle
Maestro Argentino sin número catastral, pasillo al fondo, entre las intersecciones de las calles Perú y Catamarca, Barrio San Ramón, de la localidad de Goya.
Al ingresar se encontraban varias personas, uno de ellos corrió hacia el baño y se descartó en su interior una bolsa de nylon color blanca conteniendo en su interior varias bochas fraccionadas, ya listas para su comercialización. Eran 13 bochas grandes, arrojando el total de 48 gramos, el sujeto fue identificado como: Francisco Scarano, alias "Pupi".
En ambas habitaciones se encontró la suma de $14.000, como también 12 teléfonos celulares de distintas marcas, una Cámara de foto digital, una Balanza electrónica de precisión, y se secuestró de cuatro motos. También se secuestró elementos de cortes y una pequeña balanza de precisión digital en el interior de la cocina.
En presencia de los dos testigos hábiles se realizó la prueba de campo, que arrojó positivo para clorhidrato de cocaína. Acto seguido se procedió a identificar a las otras personas, procediéndose a la detención del nombrado, de Sergio Eduardo Rochetti y de Marcela Lorena Lemos.
Tanto Rochetti como Sacarano tienen antecedentes penales y fueron condenados en 2018 por el mismo delito, pero cometido en Rosario.
