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Policiales

La novia que delató a la banda de ladrones que asesinó al correntino Enzo Aguirre

El brutal crimen del joven de 23 años reveló la mecánica criminal de un grupo de rateros de Boedo para desvalijar a trabajadores sexuales masculinos, con un caso investigado por la fiscal Paula Asaro y la división Homicidios de la Policía de la Ciudad.

Enzo Aguirre había venido a Buenos Aires desde Corrientes a mediados de 2020 para instalarse y trabajar. Comenzó a prostituirse, ofreciendo sus servicios como trabajador sexual en varios sitios web como Soy Tuyo. El 12 de noviembre de 2020 de ese año, Enzo acordó una cita en la habitación 2014 del hotel Le Petit Suites de Retiro, donde vivía junto a un compañero, con un hombre, un cliente a simple vista. Pero el hombre que pactó el encuentro no estaba solo.

En esa cita, lo golpearon, lo redujeron en el suelo y le sujetaron las manos con precintos. Luego, lo asfixiaron con un calzoncillo metido en su boca y una remera que también le cubría la boca y la nariz. Murió en el acto. Tenía 23 años.

Así, lo desvalijaron, para escapar en un BMW 325i valuado en 15 mil dólares, con un conductor que esperaba con el motor encendido: tres ladrones participaron del golpe de forma presencial, dos atacantes y el conductor. El compañero de habitación de Enzo llegó poco después al hotel, la habitación estaba revuelta, el agua corría en la ducha. El cadáver de su amigo estaba bajo un colchón. Faltaba el celular Samsung Galaxy de Enzo, un iPhone 5, dinero en efectivo.

Poco después, esos ladrones se reunieron en la casa de la novia de uno de ellos a pocas cuadras de la Plaza Irlanda y se repartieron el botín. “Nikito”, Nicolás Bernárdez, el novio de la dueña de casa, se cree, habría hecho la peor parte, metiéndole el calzoncillo a Enzo en la boca, lo que causó la muerte de acuerdo a la autopsia posterior.

La dueña de casa, llamada Nicole, también había jugado su rol en la trama: fue quien puso su nombre en el formulario 08 para comprarle el BMW a una mujer en septiembre de 2020. Así, se convirtió en el rastro que llevó a la caída de sus cómplices, con una investigación a cargo de la fiscal Paula Asaro, la misma que llevó a la cárcel al portero Jorge Mangeri, el femicida de Ángeles Rawson, con la división Homicidios de la Policía de la Ciudad. Llegaron a ella a comienzos de febrero de este año para detenerla. Por lo visto, Nicole supo mantener el temple.

Allí en su casa, mientras la esposaban, Nicole, visiblemente nerviosa, comenzó a llorar. Según un documento de la causa investigada por Asaro, Nicole comenzó a decir: “A mí me dijeron que no me iba a pasar nada, que yo no tenía nada que ver, que yo no iba a quedar pegada por el BMW”. Nombró a sus cómplices, uno por uno.

Mencionó, por ejemplo, aEros Giuliano Ardiles, detenido en junio de este año, el supuesto chofer del BMW, y a Martín Rodrigo Chappe, por el cual Asaro pidió la elevación a juicio semanas atrás, un hombre de 43 años dedicado en los papeles a la reparación y venta de motos, con un historial de cheques rechazados por falta de fondos. Sobre Chappe, aseguró: “Me dijo que firme el 08, porque necesitaba poner a alguien de titular. “Yo no pensé que iba a terminar en esto”, se lamentó. Luego, aseguró que Chappe la instó a una jugada muy curiosa: denunciar el BMW como robado “porque necesitaban desaparecerlo”. “Está en Villegas”, contó Nicole, “en un garaje”.

La joven habló de los asaltos a “chicos putos”. Enzo no había sido el único trabajador sexual asaltado por una banda en esos días.

El 11 de noviembre, literalmente 24 horas antes que a Aguirre, asaltaron a otro taxiboy en un departamento de la calle Ugarteche. El joven sobrevivió al ataque y declaró ante la Justicia. Aseguró que la mecánica del robo fue idéntica a la del que sufrió Aguirre, con dos asaltantes y un chofer de fuga. Los dos hombres, aseguró, vieron su aviso en sitios web y lo contrataron para un trío.

Llegaron a las 22:15, pidieron hacerle un masaje. Así, con el joven boca abajo, le ataron sus manos con precintos negros de plástico. Mientras le pedían que les entregue dinero, le apretaban el cuello con sus manos. “Si gritás, te mato, a vos te entregaron”, le dijo uno de ellos. Les entregó 22 mil pesos, un televisor, un equipo de música y un teléfono que fueron parte del reparto en la casa de Nicole, mientras lo amenazaban de muerte. Una vecina los vio cargar lo robado en el BMW. “Nikito” Bernárdez, irónicamente, huyó de ese robo a bordo de una bicicleta.

Asaro comenzó a atar los cabos mucho antes de que Nicole llorara en su casa. Jeremías Javier Negrini, también acusado de ser parte del crimen de Aguirre, fue detenido en la víspera de la Nochebuena pasada en un control por la Comisaría 14A de la Policía de la Ciudad en la calle Borges, cuando iba a bordo de su moto.

Negrini, oriundo de Boedo, sin condenas previas en su contra, ciertamente no cubrió sus rastros. Una cámara de seguridad lo habría mostrado en el hotel Petit Suites junto a su cómplice, con el pelo teñido de rubio. También había sido vinculado a otro hecho previo, otro trabajador sexual que fue asaltado tiempo antes. Una huella dactilar en un vaso hallado en su casa fue lo que delató a Negrini, según confirmaron altas fuentes del expediente a Infobae. El cotejo reveló su identidad. También, el relato de su víctima, que fue confrontado con las filmaciones del hotel donde Enzo fue asesinado. “Los datos fisonómicos son iguales”, asegura un investigador clave en el expediente.

Así, con Matías Chappe acusado y con pedido de elevación a juicio, el círculo de la banda comienza a cerrarse hacia una posible condena.

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