
Los trabajadores del transporte liviano de la ciudad no comenzaron el año de la mejor manera. Al habitual “bajón” de demanda por el receso veraniego, se le sumó un nuevo incremento en los combustibles (del orden del 5%) y la continuidad de días lluviosos que impiden trabajar con regularidad.
“La verdad es que vivimos uno de los peores enero. En esta última semana, con todo el tema del temporal bajó más del 40% la demanda”, especificó a época el presidente de la Asociación de Remises, Juan Castillo.
“El encarecimiento del combustible por ahora no generará una variación en la tarifa (está 29,50 pesos la mínima). Vamos a esperar la llegada de febrero para poder analizar bien la coyuntura y a partir de allí trazar alguna actualización”, semblanteó.
“Hoy por hoy lo que más nos preocupa es la merma en los pasajeros trasladados. Aguardamos por un repunte en la demanda a partir del mes que viene”, exaltó.
Bajo esa tesitura, el propietario de una de las bases de remises interprovinciales (los denominados Chaco-Corrientes), Eduardo Torres, reflejó a este medio que “las lluvias y la falta de actividad en las playas hicieron caer casi un 50% la demanda de nuestros servicios”.
“Es preocupante, hasta hace unos días cada móvil hacía unas nueve vueltas completas por turno (cuatro pasajeros de ida y cuatro de regreso entre Corrientes y Resistencia), ahora con suerte si se completan cuatro vueltas”, advirtió.
Torres también se refirió a la incidencia de la reciente suba de las naftas. “Nosotros tenemos congelada nuestra tarifa (35 pesos) desde el 1 de septiembre, ya han pasado varios aumentos desde esa fecha. Por ahora seguimos absorbiendo esos porcentuales, pues de nada serviría subir el costo del traslado ante semejante caída de demanda”, puntualizó.