
El viernes último se reanudó la roda de testimoniales por el caso del femicidio de Tamara Zalazar, quien fue encontrada en enero de 2016 tirada al costado de la ruta Nº5, cerca de Lomas de González, muerta, con signos visibles de asfixia mecánica.
Por el caso está en el banquillo de los acusados Raul Escalante, quien confirmó que mantuvo una relación sentimental con la jovencita, pero sostiene que “él no la mató”.
Susana M., tía de Tamara, prestó declaración en la continuidad de la audiencia y contó que la muchacha, un mes antes del hecho, le había mostrado con su teléfono celular una fotografía de Escalante, quien le ofrecía dinero insistentemente.
“Ella (la victima) me dijo que mantenía una comunicación con ese hombre (por el acusado) y que le compró la piletita a su hijo con plata que le dio él”, dijo la testigo.
Si bien para la querella la declarante no aportó grandes datos, se confirmó que la víctima y el acusado mantenían una relación con anterioridad y no que “fue solo un día antes de que encontraran a Tamara sin vida”, como había declarado Escalante.
Por otra parte, habló M. Silva respecto a la planimetría pericial. Brindó detalles de cómo es el lugar al que fue a hacer el trabajo de albañilería el imputado el día en el que mataron a la jovencita y señaló que el lugar “no cuenta con muchas tranqueras” por lo que la versión del sospechoso de “ir saludando a los vecinos que encontraba” no sería cierta.
La próxima audiencia será el 15 de febrero y en ella está previsto que presten declaración: Rodríguez, Esquivel, Soto y Gómez, que serían lugareños del paraje al que fue a trabajar Escalante, testigos propuestos por la defensa.