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Opinión del Lector

No quiere, no puede o siente que pierde

GERMAN WIENS

Por GERMAN WIENS

La compañera vicepresidenta renunció 5 veces, tres de ellas en marzo, abril y ahora dos veces seguidas. No podemos no creerle, en cada uno de sus mensajes habló de la proscripción y de la necesidad de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas.

Lo que no fue, finalmente parece no será. El operativo clamor no fue y Cristina finalmente dijo que no será candidata a nada, dio sus motivos en la carta publicada que la militancia ya conoce y seguramente analizó. Lo volvió a repetir en el programa de Duggan. Así y todo, están los que dicen que ya no hay posibilidades y otros que ven una esperanza, algo así como una luz al final del camino. Queda la plaza a la que CFK va asistir seguramente como única oradora, volverá a repetir que NO SERÁ o tal vez, ya ni se refiera al tema y abra la puerta hacia alguien más. Es posible que todo dependa de la importancia de la convocatoria. ¿Saldrá el Sol el 25 o seguirá nublado?

Así como hay muchos ilusionados en que Cristina cambie la decisión, también hay muchos decepcionados, muchos que no comparten la postura de bajarse, que plantean que fue prematuro, que esperaban dé la batalla y si perdemos porque nos proscriben quizá tengamos más mística que si perdemos por los votos. Un joven compañero estudiante de Derecho decía medio en chiste, pero con indudable ironía “falta que el 25 nos diga imberbes y nos eche de la plaza”. No creo que eso suceda, por el contrario, resuena todavía lo que dijo en TV, una frase que pocos de los analistas destacaron: (no es textual) “es tiempo de los hijos de la generación diezmada”.

La carta de la vicepresidenta, al momento de finalizar el Congreso Partidario debe entenderse como un mensaje, no cabe otra. Los tiempos y lo oportuno de los anuncios en política son absolutamente medibles, ¿esperaba Cristina otra cosa del congreso partidario? Lo cierto es que desató a los 5 minutos de publicar su carta una catarata de opiniones y también la aparición de candidatos para unas PASO que parecía podían acordarse. La intención de Sergio (que es Massa) de bloquear el proceso interno parece caída, ya hay varios que se prueban el traje.

En el reportaje televisivo repitió bastante lo de la carta con algunas frases que son como títulos que siempre nos deja. “Estoy en libertad condicional”, “lo importante es entrar al ballotage” (donde siento que nos bajó el precio y se lo subió a Milei). Se emocionó con el recuerdo de Néstor, el intento de asesinato le cambió la vida y la referencia a Florencia son pasajes que no deben pasar desapercibidos al analizar su decisión.

Muchos años junto a una personalidad como la de Néstor, dos presidencias, dos elecciones de candidatos en los que siente se equivocó, en el primero, al no ayudarlo lo suficiente para que llegue y en el segundo, no poder controlarlo adecuadamente para que no asuma estrategias erróneas, una vicepresidencia atípica, todos los agravios que se puedan imaginar, condenas judiciales y mediáticas, la amenaza latente de dejar a su espacio político sin candidato, el atentado, la salud de su hija, la presión popular de la “letanía” del Cristina Presidenta, todo ello y mucho más, quizá sienta que ya fue suficiente.

Sin la conducción encabezando la fórmula, indudablemente el poder se traslada al territorio y ahí son poderosos los gobernadores, los que ganaron, los que volverán a ganar y obviamente el “Kici” con el poder inmenso de la Provincia de Buenos Aires. Pero nadie es ajeno, recobran fuerza los movimientos sociales, los sindicatos y demás organizaciones que para acompañar piden. Está claro que a Cristina no se le animaban tanto.

La compañera vicepresidenta renunció 5 veces, tres de ellas en marzo, abril y ahora dos veces seguidas. No podemos no creerle, en cada uno de sus mensajes, además de la proscripción habló de la situación económica, de la negociación con el Fondo, de la Corte, de su atentado y de la necesidad de “la construcción de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas, y convencerlos de que un país mejor no sólo es posible, sino que, además, es deseable. Un programa de gobierno que es necesario no sólo para el peronismo, sino para el sistema democrático en su conjunto.” Suponemos que cuando habla de programa se debe estar refiriendo a lo que muchos conocemos como Proyecto. Sabemos que un proyecto no puede estar supeditado a una persona, el proyecto se distingue por su precisión en objetivos a lograr, actores responsables de su ejecución y las acciones que se realizarán en desarrollo de una política, en fin, es un eje estratégico.

Lo tremebundo que sería un triunfo neoliberal o de la derecha, que es lo mismo, nos pone en la situación de seguir dando la pelea. Recordamos tantas batallas, tantos triunfos y alegrías como también recordamos tantas derrotas y ver cómo se pierde lo que creíamos haber conquistado para siempre, incluso llegamos a pensar en el fin de un ciclo, pero no lo fue. Perdimos una batalla y nos encontramos que hay que volver a comenzar exactamente en donde lo dejamos.Para comprender el espiral en el que habitamos no es necesario retroceder demasiado en el tiempo. Los cambios producidos por el macrismo después del 10 de diciembre de 2015 son tan importantes que podríamos llamarlos estratégicos. Cuando los neos gobiernan realizan modificaciones estructurales que se hace muy difícil luego poder retrotraerlas. Destruyeron todo. El antiperonismo amorfo que circulaba por las calles finalmente encontró un cuerpo. La ira antiperonista resonó en millones de conciencias, encontró partido y alguien que lo conduzca y el escenario «democrático» que nunca dejó de ser una amable mentira, parece estar servido al efecto.

Tenemos varios candidatos y pocas ideas para recomponer el entarimado dejado en 2015. Debemos volver a poner a la venta los viejos éxitos del pasado, construyendo sobre ellos de acuerdo las nuevas realidades algo más verdadero y soportable, discursos un poco más creíbles y unos rostros un poco más humanos. Como en el ’19 tendremos otro candidato/a y Cristina sigue siendo la gran electora, el dilema es si marca a uno que no nos conforma, ¿seremos capaces de acatar un criterio de emergencia? Debe la vicepresidenta no sólo mostrarse como la gran convocante, como la jefa, como la gran electora, debe CONDUCIR el Movimiento en términos peronistas entendiendo que conducir es aunar voluntades en el mismo sentido, persuadir, ordenar y mostrar un destino convocando a la elaboración de un Proyecto.

Sin importar las incertidumbres el 25 nos movilizamos, porque el Peronismo somos todos, somos más que una persona somos una esperanza de liberación, por eso vamos a la plaza con las ilusiones intactas, con las imágenes de Perón y Evita, a recordar a Néstor, aceptar la decisión de Cristina, mostrar que nos duele el presente, que debemos discutir desde adentro porque no hay futuro sin el Peronismo.

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