Por María Antonia Galvaliz
El silencio enriquece nuestra vida, es una virtud que propone felicidad, nos ayuda a apreciar las cosas en su justa medida, abarca concentración, reflexión, atención, voluntad.
El silencio y el ruido forman parte de la vida misma. Son pocas las veces que nos permitimos parar para disfrutar momentos de calma, tanto interior como exterior.
Es común y frecuente sentir miedo para desconectarnos del ruido exterior y conectar con nuestro mundo interior, porque aparecen emociones, sensaciones, pensamientos, recuerdos que causan malestar, en este sentido hay quienes experimentan una sentimiento de vacío que desata angustia, hecho que lleva en contadas ocasiones a evitar entrar en contacto con nuestro mundo interno y, cuando aparece el silencio lo llenan de ruido, aturdimiento ej. redes sociales, música, televisión, ocupaciones, distracciones etc.
El silencio existe de dos maneras:
Silencio externo: Cuando no hay sonido alguno; tiene beneficio inmediato y es que nuestro cerebro tiene que realizar menos esfuerzo; cuando estamos en un entorno ruidoso nuestros niveles de energía se reducen; a más ruido que recibimos, más esfuerzo por parte del cerebro para filtrar los estímulos sensitivos y audiovisuales, con la tendencia a ser más proclives a tener estrés, falta de concentración y agotamiento.
Silencio interior: Tema de esta nota, busca conseguir que nuestros pensamientos paren de abrumar y nos brinden momentos de calma, de paz.
Al gozar momentos de silencio interior, creamos espacios para estar con uno mismo (uno mismo debería ser la mejor compañía de uno) es así que, conectar con el silencio interno implica conectar con nosotros mismos, tomar consciencia de lo que nos sucede internamente, advertir cómo estamos a nivel anímico, escuchar, comprender nuestras conversaciones, conocernos más y mejor, entender los mensajes que nos da el cuerpo con sus señales y síntomas y, a nivel espiritual escuchar la voz del alma que nos habla en secreto.
Es así que, sea cual fuere el tipo de silencio, estos permiten reducir los niveles de estrés, relajar el cerebro, el cuerpo, mejorar las funciones cognitivas, atención y concentración, favorece el sistema inmune entre otras.
En el marco de una relación de amigos, familia o pareja el silencio compartido puede ser infinitamente nutritivo, elocuente y hasta satisfactorio.
Respecto al silencio hay quienes comentan lo siguiente:
“La confianza con una persona se mide a través de los silencios cómodos”
“Los momentos de silencio es un termómetro medidor del grado de intimidad que tenemos con una persona”
Existen dificultades para practicar el silencio interior a nivel individual, porque requiere atención, esfuerzo, voluntad, entrenamiento, constancia, perseverancia; precisa un tiempo que nos parece que no tenemos; exige valentía para vernos cara a cara y encontrarnos con nosotros mismos tal cual estamos siendo en ese momento; reclama capacidad de desconectar del yo y conectar con el todo.
Algunos aportes del silencio en distintos niveles:
Emocional: nos aporta paz, tranquilidad, calma, armonía.
Cognitivo: facilita y estimula la atención, la concentración, el pensamiento, la escucha, ser creativos.
Social: nos ayuda a desconectar del ruido que nos envuelve y que a veces nos controla o manipula, facilita el encuentro.
Espiritual: nos ayuda conectar de otra manera con nuestro mundo interior, con el mundo exterior, mejores relaciones con el mundo superior y con los demás.
La Naturaleza es una vía que nos ayuda a vivir el silencio.
La lectura invita al silencio.
Hay cursos específicos de mindfulness (atención o conciencia plena) sobre el silencio.
El Arte es otra puerta hacia el silencio.
La Psicología proporciona técnicas para practicar el silencio.
Con el silencio cuidamos nuestra paz espiritual y nuestra salud integral.
¡Solo se trata de empezar!
Te mando un beso inmenso TG.
IG Tona Galvaliz.
FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia-Biodecodificación-
Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.