Por Daniel Caran
Hay un mar de fondo en Corrientes. Una inusitada fuerza en estos últimos días, carga además una serie de preguntas que atraviesan más a la sociedad civil que a la política, es esta última la que debe responder a esos interrogantes. Veamos.
La movilización docente espontánea y en paralelo al paro en el sector llamado por dos sindicatos de educadores en la provincia –pasado jueves y viernes-, puso en jaque la estructura comunicacional del gobierno actual tras lo que pensó sería un acierto como el anuncio salarial.
Justamente, la respuesta a ese anuncio salarial fue la movilización de educadores. ¿Hay un cansancio en la sociedad correntina? ¿Dónde se ubica la oposición en este planteo de miles de trabajadores de la educación provincial?
¿Acaso llegó el momento de hacer un planteo sobre las formas en que gobierna un mismo signo político desde hace casi 25 años?
Lo que ocurre saca a la superficie el malestar generalizado y venido desde hace tiempo en nuestra provincia con respecto a lo salarial, pero también a las condiciones laborales. Esto no solamente para el colectivo de docentes sino extensivo a toda la administración pública.
Los policías provinciales también están en esos reclamos desde hace años. Lo peor es que comparan su situación con la de sus colegas de provincia vecinas y la indignación es peor.
Sobre la educación, el sistema educativo provincial recibió una mala nota esta semana, casi el 30% de los alumnos del nivel primario no terminan en tiempo y forma ese periodo de instrucción. O repiten o abandonan la escuela. Esto también es una muestra de la falla estructural a corregir.
El documento conocido la semana pasada analiza el Índice de Resultados Escolares de los estudiantes de primaria, que mide cuántos estudiantes de una cohorte (en este caso, quienes comenzaron primer grado en 2016) llegan a sexto grado en el tiempo teórico (es decir, en 2021) y con los conocimientos esperados de Lengua y Matemática (de acuerdo con las pruebas Aprender 2021).
Esta cuestión también reclama por los educadores, mejorar la educación de nuestras generaciones por venir también es parte de una discusión que el gobierno provincial siempre trata de evitar.
Ahora, con el pueblo en la calle pidiendo saber de qué se trata lo que hacen nuestros representantes con los recursos provinciales y la gestión educativa, quizás sea el momento de dar este debate.
Lo peor que puede hacer la administración provincial es ocultarlo o como ya lo hizo, decir que es un reclamo meramente político electoral.
No, el pueblo clama por respuestas y es momento de darlas.
