
por Luis R. Balderrama1
balderralus@yahoo.com.ar
Han pasado más de 30 días del gobierno de LLA y todo indica que el camino no era como estaba pensado, no era como lo entendían el casi 55% de los votos que les dio la legitimidad, tomaron el camino para poner en marcha la abolición del Estado, o como dicen la refundación de la Argentina.
Nada más falaz y alejado de la realidad que estas premisas levantadas en alto, refundar sentado desde las instituciones tradicionales y soberanas del Estado, no es posible, refundar aplicando normativas propias emanadas por éste Estado, no es posible, refundar significaría que se debe abolir todas las normas, costumbres y tradiciones que nos rigen como sociedad actualmente.
Claro que el presidente J. Milei, hablo de espaldas al Congreso Nacional, negando las instituciones del Estado, la división de poderes, más aún con el DNU+ Ley ómnibus, completa la grilla de intenciones clarísimas de la lógica imperial, de dominar y someter mediante la coacción física e ideológica, pero de un modelo que el resto del mundo lo rechaza como ejemplo; EE.UU es el mayor estadista y proteccionista.
El mandatario montado desde las alturas como estatua de bronce, hierro y acero está de pie no mirando al pueblo, sino al cielo, propia de las esculturas griegas que simbolizan estar conectados con el más allá, pero nuestra realidad no es una ficción, es esa misma que circula, la misma que genera cultura, ciencia, la que produce, la que con sus trabajadores generan riqueza, la que da los brazos para sostener las banderas de la democracia y de la solidaridad de los sujetos sociales.
Esa sociedad de la que muchos reniegan, de la que muchos utilizan, la que muchos se aprovechan, no está dormida y no mira el cielo, está en la tierra, en las calles, en el territorio, en los merenderos, la fábrica, en el campo, en una salita médica, en las aulas, produciendo mantos de argentinidad.
La refundación no será posible porque los “nadie” no van a estar dispuestos a perder las conquistas ganadas con el sudor de sus antepasados, no les van a arrebatar la ilusión del ascenso social, no van a negociar ningún derecho conquistado, ni van a entregar soberanía, ellos los otros (los orcos como se dirigió un ex presidente), no están dispuestos a ceder ni un “tantito así” ante el “emperador servil de la corona extranjera”.
Al principio del mandato el sistema institucional fue hegemónico, fue aceptado por un gran porcentaje de ciudadanos, pero la legitimidad disminuye y hay un proceso creciente del disenso, es entonces que estamos ante una crisis de hegemonía que se va convirtiendo en dominación apoyándose en la represión y en la violencia institucional como método para sostener la legitimidad que se les desvanece.
Se puede tener toda las fuerzas, todo el aparato represivo, servicios de inteligencia, espionaje, esta estatua cabeza de hierro, cuerpo de bronce toda acorazada, tiene sus pies de barro, no se puede apoyar en los de abajo que es el pueblo, que está en movimiento y no la sostendrá y es posible que se caiga la estatua el barro se rompe por su peso interno.
1 El autor es Lic. Ciencias Políticas y Diplomado en Economía Social y Solidaria
Sociedad en Movimiento es una publicación original de El Ágora Digital.