Una máxima del periodismo reza que “las fuentes no se revelan” y esto es algo casi sagrado. Salvo para algunos periodistas, como Silvia Mercado que no tiene problema en pisarse sola y mandar al frente a su fuente, aunque intente relativizarlo.
Claro que la información que estaba dando era más importante que revelar o no la fuente, el problema es que esa fuente estaba involucrada en la información, lo que le quita algo de confiabilidad.
Silvia de hecho parece haberse dado cuenta cuando dijo que “muy cerca de él, por no decir él porque las fuentes no se revelan” y despejó cualquier tipo de dudas sobre el origen de la información que estaba compartiendo.
