La salud está estrechamente relacionada con la alimentación, ya que la calidad y el equilibrio de lo que comemos impactan directamente en nuestra esperanza de vida y bienestar general. Si bien algunos alimentos resultan beneficiosos en ciertas etapas de la vida, no necesariamente lo son en otras. Además, incluso aquello considerado saludable puede resultar perjudicial si se consume en exceso.
Las proteínas, por su parte, son uno de los pilares fundamentales en cualquier régimen alimenticio equilibrado y consciente desde el punto de vista nutricional.
CÓMO ES EL HÁBITO QUE EN EXCESO PUEDE QUITARTE AÑOS DE VIDA
Respecto a la cantidad adecuada para mantener una dieta equilibrada y cuidar la salud, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) señala que lo ideal es consumir alrededor de 50 gramos de proteínas al día dentro de un régimen de 2000 calorías. Sin embargo, aclaran que esa cifra puede variar dependiendo de las necesidades energéticas individuales.
Lejos de ser un hábito saludable, un consumo excesivo de proteínas puede tener efectos negativos y acortar la expectativa de vida. La FDA advierte que no todas las fuentes proteicas tienen el mismo impacto: las provenientes de carnes rojas, productos procesados, granos refinados y alimentos azucarados pueden incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas.
En cambio, las proteínas de origen vegetal —presentes en frutas, cereales integrales, productos lácteos bajos en grasa y mariscos— son aliadas de la salud cardiovascular. A pesar de sus beneficios, estas no suelen ser las más elegidas en la dieta estadounidense promedio, según reporta la agencia.
La especialista en longevidad Monisha Bhanote explicó en una nota para HuffPost que muchas personas caen en el error de priorizar en exceso la ingesta de proteínas animales con la idea de que esto mejora el estado físico y prolonga la vida. Esta creencia conduce a una dieta con altos niveles de carne, huevos y lácteos, bajo la falsa impresión de que "más proteína" es sinónimo de "mejor salud".
Un informe de las Guías Alimentarias para los Estadounidenses indica que el 75 % de la población supera o iguala los niveles recomendados en el consumo de carnes, aves y huevos. Estas mismas guías aconsejan optar por una dieta variada en fuentes de proteína, priorizando tanto las de origen vegetal como animal, y sugieren inclinarse por cortes magros como el pavo molido o la pechuga de pollo, en lugar de productos procesados como embutidos o fiambres.
Finalmente, los mariscos, además de ser una fuente de proteínas de alta calidad, aportan grasas saludables que benefician el funcionamiento del cerebro, regulan las hormonas y reducen la inflamación, lo que contribuye significativamente a una vida más prolongada y saludable.