Maxi Falcone es un historietista y humorista gráfico rosarino que colabora con sus creaciones para varios medios de su ciudad y del resto del país. Como profesional de la cultura, tiene una amplia visión para desarrollar sus aptitudes artísticas entre las que se destaca como diseñador gráfico, ilustrador, y músico. También es desarrollador web y parte integral de la Revista REA.
Recientemente publicó su tercer libro de historietas El último verano del Rock, que se destaca por una original propuesta de lectura ágil y amena, con muy buenas ilustraciones y un contenido en el que se entrelazan originales historias combinadas con humor.
“El libro salió precisamente en agosto de este año, 2024, justo para la Crack Bang Boom. Hay que hacer la salvedad que creo que todo el mercado editorial de historietas argentinos se mueve alrededor de la Crack Bang Boom, el evento que ocurre acá en nuestra ciudad y lo presentamos allí en ese entonces. Un libro que salió es este, El Último Verano del Rock, que se editó por Editorial Rabdomantes, lo volvimos a presentar en la Feria del Libro de acá de Rosario, en Buenos Aires, y estuve recorriendo algunas ciudades del país también, en diferentes ferias del libro, en Bahía Blanca, en Santiago del Estero, en Paraná, en Pergamino, y algunas otras”, contó en diálogo con Conclusión el historietista Maxi Falcone, acerca de su tercer obra de historietas.
El guionista ilustrador explica más acerca de su libro: “Está puntualmente basado un poco en los recuerdos de mi adolescencia. La historia ocurre entre diciembre del 93 y abril del 94. Se da en esa época, es un punto de quiebre en el que se suicida Kurt Cobain. Fue una conmoción, y siento yo que es como la personificación, la teatralización de lo que es la muerte del rock. Para mí fue el último fenómeno de rock masivo y global, que apareció en aquella época. Ocurrió también que terminábamos la secundaria, con mis amigos, que somos los protagonistas de la historia, y también en ese entonces se empezaba a hablar del nacimiento de la internet. Decíamos, (y lo nombro en el libro), ‘che los norteamericanos están conectando unas computadoras con otras’. Es como un punto de quiebre, y es un último verano donde uno, deja de ser un adolescente para empezar a transformarse en un joven adulto”.
-¿Cómo incursionaste en este rubro tan particular e interesante de las historietas?
Primero y principal, yo dibujo desde que tengo memoria, y recuerdo incluso haber leído historietas, antes de saber leer, miraba los dibujos, me entretenía e inventaba las historias a partir de esos globos que había con un texto que desconocía porque no sabía leer. Medio como que fue surgiendo sólo. En su momento, probablemente en mi infancia, la historieta era algo bastante más popular de lo que puede ser hoy. Fui, volví, pero nunca lo dejé. Siempre sentí como que contar una historia se contaba a través del dibujo. Esa fue un poco mi incursión. Volví a hacer historietas un poco más serias, ya pasados los 30 años, donde dije, ‘acá hay algo interesante a partir de lo que son los blogs’. Me acuerdo que donde yo subía cosas, subía historietas, la gente me respondía, y dije ‘esto puede ser. Hay una respuesta, hay un lector, hay un grupo de gente que me lee, pequeño pero fiel, y me sentí convidado a seguir por este rubro. Y así, uno de los lectores que apareció fue César de Rabdomantes, que me dijo de publicar mi primer libro. Este ya es el tercero.
-Tus anteriores libros ¿Tienen algo que ver con tu tercer y última obra o no necesariamente?
Con el primero (Esquizomedia), creo que cometí el típico error que comete un escritor en su primera novela, que es que quiere contar todo y a veces pequé de contar demasiado. Hay mucha historia, hay también una cosa autobiográfica, pero tiene que ver un poco con el paso del tiempo, y un poco con querer contar toda la vida. Y el segundo fue más de tinte político. No me gusta hablar tanto del segundo porque la verdad que hoy me siento muy distanciado con eso. Pero fue a partir de evoluciones de chistes sobre política que venía haciendo en las redes sociales, (un poco sigo haciendo algo de todo eso actualmente), hice una serie que terminó siendo un libro: Instagramsci, es mi segundo libro. Y el tercero es este, El último Verano del rock.
-¿Con qué se va a encontrar la gente que va a leer «El último verano del Rock»?
Definitivamente es humor y está, te diría que en formato tira. Cada capítulo son de dos páginas. El libro lo fui armando, como mucho vengo haciendo, y lo subo en las redes sociales, esto lo subí al Instagram. Cada 15 días subí un capítulo. Lo que suele pasarme es que arranco una historia, no sé para dónde va a ir, y esta seguía, y ya a partir del quinto o sexto capítulo empecé a tener un poco la novela. Lo que me pasaba era, asociado a la pandemia, me acordé de muchas anécdotas de la adolescencia que me parecieron muy graciosas, muy divertidas. La edad del pavo es ideal para reírse. Agarré un poco de todas esas historias, que son, te diría que en un 80% reales. Hice pequeños capítulos con todo eso, que de alguna manera también se fue unificando en una historia única.
-¿Imaginaste alguna vez tu última historieta llevada a la pantalla?
Sí, de hecho me la imaginé un poco. Yo pensaba… siempre digo que la historia tiene mucho que ver con dos películas, dos o tres películas muy fuertes. Una es Clerks, me acuerdo que tiene ese estilo de humor donde no pasa nada, donde los personajes deambulan y le ocurren anécdotas y básicamente como que no tienen mucha motivación más que llegar al final del día. Un poco en los 90 vivíamos así, solo que en un tono divertido. Y otro libro es Ghost World, basado en el cómic de Daniel Klaus, que tiene un poco que ver con ese ‘coming of age’ de personajes que son jóvenes y que están creciendo y que muestran eso de que ser duele. Y un poco teniendo eso en la cabeza, algunos amigos me dijeron, che, esto estaría bueno que hagamos un dibujo animado. Y nos juntamos el otro día y podíamos decir que estamos en preproducción de por lo menos el trailer.
El último verano del Rock, se puede conseguir vía Instagram en @esquizomedia
